Cada vez más resulta importante el desarrollo del almacenamiento de energía para aumentar la confiabilidad y gestión de la demanda de la red
Infografía: Rodrigo Anguiano
Para 2030, se estima que los mercados combinados de almacenamiento de energía estacionaria y de transporte tendrán un crecimiento de 2.5 a 4 teravatios hora (TWh) al año, es decir, de tres a cinco veces el mercado actual de 800 GWh, indicó el Energy Storage Grand Challenge Market Report 2020 del Departamento de Energía de Estados Unidos (EU).
Del mismo modo, el reporte publicado en diciembre del 2020 señaló que la convergencia del transporte electrificado; una rápida disminución en los costos de almacenamiento de baterías; y un aumento en la generación renovable variable ha dado pie a un incremento en la investigación e implementación del mercado de almacenamiento de energía.
“El almacenamiento de energía estacionaria ya no se ve como una barrera, sino como una oportunidad real para identificar las tecnologías más rentables para aumentar la confiabilidad, resiliencia y gestión de la demanda de la red”, indicó.
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En ese sentido, estos son los tipos de almacenamiento de energía que existen actualmente:
Bombeo hidroeléctrico
Este consiste en un fluido motriz, el cual puede ser agua o petróleo y es impulsado por una unidad de potencia en superficie para manejar las altas presiones. En el fondo del pozo hay una unidad de bombeo el cual puede ser un tipo pistón.
Aire comprimido
En este tipo de almacenamiento, el aire es almacenado a altas presiones en depósitos bajo la tierra en horas de baja demanda. Después, en horas pico, el aire se expande y puede mover un turbo generador.
Almacenamiento térmico
Aprovecha el calor al subir o bajar la temperatura de una sustancia, cambiando la fase de la sustancia o una combinación de ambos tipos de mecanismos. Básicamente, acumula energía en materiales que permitan retenerla y liberarla de forma controlada.
Baterías
Existen diferentes tipos de baterías, desde las de plomo-ácido; níquel cadmio e ion de litio. Son dispositivos que almacenan energía en compuestos químicos, los cuales pueden generar una carga eléctrica y tienen una rápida respuesta.
Condensadores y supercondensadores
Por un lado, los condensadores o también conocidos como capacitores, son capaces de almacenar energía manteniendo un campo eléctrico. Mientras que los supercondensadores son dispositivos electroquímicos que pueden mantener una densidad alta con una capacidad mayor que los capacitores.
Celdas de combustible
Llamadas también como pilas de combustible es un dispositivo electroquímico en donde el flujo continuo de combustible y oxidante provocan una reacción química controlada y suministra directo a una corriente eléctrica. Estas también pueden ser de hidrógeno.
Volante de inercia
Este es un disco metálico que gira cuando se aplica un par motor, después al intentar frenar el volante con un par resistente se conserva la energía eléctrica en forma cinética.
Aire líquido
En su fase de carga, la energía que se extrae de las fuentes renovables se utiliza para licuar aire atmosférico, el cual se almacena a 190ºC en un depósito aislado térmicamente. Luego, al descargarse, la energía almacenada se recupera al evaporar el aire que se expande en turbinas.