El hidrógeno renovable y el de baja huella de carbono podrían llegar a suponer entre 10% y 20% del consumo energético mundial
La compañía energética y petroquímica, Repsol, anunció que desarrolla una tecnología propia para producir hidrógeno renovable a partir de agua y energía solar, pues éste podría llegar a suponer entre 10% y 20% del consumo energético mundial.
Asimismo, la española informó que tanto el hidrógeno renovable como el CO2 serán las materias primas de los combustibles sintéticos que Repsol fabricará en Bilbao.
Al respecto, Elena Verdú, científica senior de Desarrollo de Procesos de Repsol Technology Lab enfatizó que uno de los compromisos es con la transición energética; por ello le apuestan al desarrollo de tecnologías de producción para este tipo de hidrógeno.
“El desarrollo de las diferentes aplicaciones del hidrógeno de baja huella de carbono con captura de CO2 haría posible que las infraestructuras y el mercado estén más maduros y consolidados cuando el hidrógeno renovable alcance competitividad”, agregó.
¿Cómo lo harán?
Verdú señaló que una de las tecnologías para producir hidrógeno renovable es la electrólisis a partir de agua. Este método consiste en la separación de la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno a través de la aplicación de energía eléctrica proveniente de una fuente renovable. Sin embargo, comentó que uno de los retos serán los costos de producción, pues supone de 70%-75% del gasto.
Asimismo, otra alternativa que contemplada por Repsol es la producción de este material con el proceso convencional, pero cambiar la materia prima fósil por biometano, obtenido a partir de desechos biológicos.
Por otro lado, comentó que también tienen avances en la producción de este material mediante fotoelectrocatálisis; la conversión directa de energía solar y agua para la producción de hidrógeno. Hasta el momento, la compañía se encuentra en el desarrollo de tecnología propia de fotoelectrocatálisis para producir hidrógeno.
Finalmente, Verdú aseguró que la generación de hidrógeno renovable puede impulsar la descarbonización de la movilidad terrestre; y así cubrir la demanda de los vehículos eléctricos de pila de combustible.