Ciudad de México (Shaila Rosagel / Energía Hoy).- LA REFORMA ENERGÉTICA APROBADA EN 2013, QUE SIGNIFICÓ CAMBIOS CONSTITUCIONALES Y ABRIERON EL MERCADO ENERGÉTICO DEL PAÍS AL SECTOR PRIVADO, NO ESTÁ EN JUEGO EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DE ESTE AÑO, PUES GANE QUIEN GANE NO REALIZARÁ CAMBIOS A LA CONSTITUCIÓN NI AFECTARÁ A LAS EMPRESAS PRIVADAS QUE YA INVIERTEN EN MÉXICO, TENDRÁ QUE JUGAR CON LAS REGLAS DEL JUEGO QUE YA OPERAN EN LA POLÍTICA ENERGÉTICA.
No hay temor en materia energética para los inversionistas que ya tienen contratos y operan a través de la reforma. Pero sí incertidumbre para quienes vendrán en el futuro. Bajo esa óptica ven los expertos las propuestas de los tres candidatos punteros a la Presidencia de la República Rubén Cruz, socio líder de Energía y Recursos Naturales de la consultora KPMG, dijo que la Reforma Energética llegó para quedarse y sería “sumamente complejo lograr los consensos necesarios para su modificación”. El consultor hace énfasis en que la ley no es retroactiva, los contratos ya firmados regularán las relaciones entre “el Estado Mexicano y los operadores”. “Cualquier cambio potencial en la ley afectaría solo las relaciones a futuro que el Estado pretendiera llevar a cabo con terceros; sin embargo, la duda que permanece en el ambiente es si el ritmo de la implementación de la Reforma se mantendrá en los siguientes meses y años. Por lo anterior, se espera que las siguientes licitaciones cuenten con una nutrida participación de empresas interesadas y se registren altos índices de asignación, para así consolidar el avance del país en el sector en esta primera etapa”, estableció el socio de KPMG.
En la Ronda 2.4, que se llevó a cabo a finales de enero de éste año, ganaron las petroleras Chevron, Shell, Repsol y PC Carigaly. De los 19 contratos de licencia para bloques petroleros en aguas profundas, nueve fueron adjudicados solamente a Shell, lo cual para los analistas fue una Ronda exitosa y síntoma de que no existe temor por parte de los inversionistas sobre el futuro. “Shell entró con todo y Shell no es una empresa irresponsable y está fuertemente respaldada. Muchos han visto esto como un indicador de que pase lo que pase, fue una reiteración de confianza. Yo no lo veo así, lo veo que pase lo que pase ellos dicen, ‘tenemos derechos y vamos a pelear. Somos fuertes para darle la cara a cualquier Gobierno”. Meterse en un lío jurídico con una empresa del tamaño de Shell, podría degradar la calificación. Necesitamos una buena situación crediticia para poder participar en los mercados”, dice Miriam Grunstein Dickter, investigadora de Mexico Center Rice University en entrevista con Energía Hoy.
Tres propuestas, dos rumbos
Los analistas sí hacen una distinción clara entre las plataformas electorales de Andrés Manuel López Obrador, el abanderado de izquierda de la coalición “Juntos haremos historia” del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Partido del Trabajo (PT) y Partido Encuentro Social (PES) –favorito en las encuestas para ganar los comicios del 1 de julio– y sus adversarios de la derecha y centro derecha José Antonio Meade Kuribreña de la alianza “Por México todos” entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza; y Ricardo Anaya Cortés, abanderado de la coalición “Por México al Frente” entre el Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC).
“PROMOVER LA COMPETENCIA ECONÓMICA EN TODOS LOS SECTORES, COMO EL DE LAS TELECOMUNICACIONES, LA BANCA, LA ENERGÍA PARA QUE MÁS MEXICANOS TENGAN ACCESO A MEJORES BIENES Y SERVICIOS A PRECIOS MÁS BAJOS”: PLATAFORMA ELECTORAL DE LA COALICIÓN “TODOS POR MÉXICO”, CANDIDATO JOSÉ ANTONIO MEADE
“Solamente hay dos propuestas: la de PRI y PAN que es la misma, buscan continuar con lo realizado en la Reforma Energética, es decir, crear mercados a lo largo de la cadena de suministro en cascada y que el mercado decida. Ambos están en el nuevo modelo energético de desarrollo, no hay distinción, puede haber alguno que otro matiz”, dice Víctor Rodríguez Padilla, investigador en posgrado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por otro lado agrega, está la propuesta de López Obrador. “Efectivamente AMLO no echará atrás la Reforma. Lo que hará es aminorar lo que considera más nocivo de la misma. No echará atrás lo hecho hasta ahorita. Hay 93 contratos, no va a cancelar nada, lo que sí podría hacer es no dar más contratos. Darle más asignaciones a Petróleos Mexicanos (Pemex). La reforma ya trae una especie de inercia, irá componiendo problemas de aplicación y de política energética”, explica.
Además, hay medidas de política energética sin relación con la Reforma Energética, como importar 70 por ciento de los combustibles, indica Rodríguez Padilla. López Obrador, recuerda, dedica buena parte de su propuesta en su documento Proyecto de Nación 2018-2024, donde detalla los ejes principales de lo que será su política energética de ganar la Presidencia.
“Dice que es un riesgo y que hay que aumentar la producción. Lo más obvio es poner a trabajar a su plena capacidad las refinerías, darles mantenimiento adecuado, después de eso; si se necesitan más, vendrá la construcción de una o dos refinerías”, dice el investigador.
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José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), explica que en general el sector empresarial ve con buenos ojos la reforma energética y mayor inversión privada en el sector.
La expectativa, indica, es que la reforma siga avanzando, con resultados en reducción de precios de los energéticos. “Dado que tanto Meade como Anaya plantean una continuidad al esquema de la Reforma, eso les genera esa parte de certidumbre. Donde les gustaría tener más claridad es en las propuestas de López Obrador, quiere hacer más refinerías y retomar con más fuerza la actividad petrolera en México y no implique un retroceso. Si habrá espacio para una convivencia de inversiones públicas y privadas, sí ese fortalecimiento de inversiones públicas que plantea Andrés Manuel, no va en detrimento de lo que ya se ha avanzado”, dice.
Los expertos coinciden en que las propuestas de José Antonio Meade y Ricardo Anaya Cortés, al menos las plasmadas en sus plataformas electorales, son escuetas y carecen de profundidad. Y debido a que el PRI y el PAN votaron a favor de la Reforma Energética, nada hace pensar en un cambio de rumbo de llegar a la Presidencia de la República, ambos representan la continuidad de la política energética actual.
“En el caso de Ricardo Anaya es muy pobre. Es una línea, es un párrafo en el Programa, sólo para llenar el expediente. Habla de tecnificar el sector, como si hablara del sector agropecuario. En su caso, es un párrafo hueco”, dice Fluvio Ruiz Alarcón, ex consejero independiente de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Para Miriam Grunstein Ricardo Anaya “es una locura total”, pues votó a favor de la Reforma Energética, pero en su discurso como candidato ha sido poco consistente.
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“Primero abogó por la reforma y ahora se desdice de la misma. Entonces es muy impredecible. Con Anaya no sabemos qué sucederá, porque hay una alianza con el PRD, quien ha sido un detractor de la Reforma”, explica.
Mientras que José Antonio Meade es claro: aboga por la continuidad. “De alguna manera la Reforma le está costando a Meade en imagen. El costo político es muy alto, si Meade quiere más votos deberá contradecir su propia política de liberalización, pero Meade es continuidad con sus costos políticos”, indica.
Raymundo Tenorio Aguilar, director de las carreras de Economía de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe, coincide en que Anaya Cortés ha hablado poco sobre su política energética, mientras Meade plantea buscar que la renta petrolera esté asegurada.
“Anaya es el que menos se ha manifestado en ese sentido. Como presidente del PAN dejó abierta la ventana de revisar la Reforma Energética; es una posición abstracta y deja a la interpretación, pero es de suponer que el PAN revisará con la corriente de izquierda del Frente; el PRD pedirá revisar algunas condiciones de las leyes que derivaron de la Constitución, sobre todo aquellas leyes relacionadas con la expropiación de tierras de ejidatarios”, dice.
(Artículo completo en la Energía Hoy, edición impresa # 162)