La introducción de drones agrícolas en México está cambiando la manera en que se trabaja la tierra y se produce alimento. Desde 2019, DJI Agriculture ha incrementado sus ventas de manera exponencial, demostrando que la innovación tecnológica ya forma parte de la agricultura nacional.
Uno de los efectos más significativos ha sido el regreso de jóvenes a las labores del campo. Muchos hijos de agricultores que se habían alejado de esta actividad ahora encuentran un nuevo interés gracias a la tecnología. Los drones permiten optimizar procesos, reducir costos y hacer el trabajo más atractivo para nuevas generaciones.
Representantes de DJI señalan que la tecnología despierta entusiasmo entre los jóvenes. Ver drones en acción y conocer su potencial los motiva a participar en la producción agrícola, apoyando a sus familias y modernizando el campo.
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Capacitación y vínculos con universidades
Para consolidar este cambio, DJI ha establecido convenios con universidades como Chapingo, así como con planteles en Veracruz, Campeche, Querétaro y estados del norte. Estas alianzas permiten capacitar a estudiantes en operación, mantenimiento y reparación de drones agrícolas.
Las capacitaciones no solo enseñan a volar un dron. También preparan a los futuros profesionales para ofrecer asesoría técnica y soluciones adaptadas a las necesidades de cada cultivo. Esto incrementa las oportunidades laborales y fomenta el desarrollo rural.
El modelo Agras T100 es el más avanzado de la marca. Puede transportar 100 litros para pulverización, 150 litros para dispersión o 100 kilogramos en modo de elevación. Incluye sensores LiDAR y radar de onda milimétrica, lo que lo hace seguro en terrenos montañosos y huertos de aguacate en Michoacán.
Adaptación a las condiciones del campo mexicano
Los drones agrícolas ya están presentes en el 10 % de los campos del país. Su red de más de 150 tiendas y 70 centros de posventa garantiza soporte técnico y refacciones.
Además, esta tecnología permite un ahorro notable de agua. En ciertos cultivos, el consumo ha bajado de 400 litros por hectárea a solo 60, manteniendo la calidad de producción.
Un solo dron puede realizar el trabajo equivalente al de 50 personas, multiplicando la eficiencia en el manejo de cultivos. Esto no solo mejora la productividad, sino que también reduce el desgaste físico de los trabajadores.
La clave del éxito, según DJI, ha sido la cercanía con el agricultor. Las demostraciones en campo y la atención personalizada han permitido superar el escepticismo inicial.