La modernización de la infraestructura de proceso petroquímico contribuiría a una revitalización del sector y a un nuevo impulso a la economía nacional
Expertos del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) apuestan por adecuar las refinerías mexicanas y convertirlas en centros petroquímicos para abastecer así de materias primas a zonas con menor acceso a ellas, como Tamaulipas o el sureste del país.
Sarens ya ha participado en proyectos muy relevantes de esta industria en México previamente, gracias su participación en la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas.
Hacia Dos Bocas
La industria petrolífera mexicana continúa mostrando signos de recuperación al seguir incrementando su capacidad de producción, que finalizará el año 2022 en aproximadamente 1,9 millones de barriles diarios, frente a los 1,66 millones con los que cerró el año 2021. Esta cifra supone el primer incremento considerable desde la pandemia, cuando la producción se mantenía estable cerca de los 1,64 millones de barriles diarios.
Sarens, firma mundial en levantamiento de cargas pesadas, transportes especiales y alquiler de grúas, apuesta por la modernización de infraestructuras y la construcción de nuevas refinerías como contribución al fortalecimiento del sector petroquímico nacional.
Según Jose Aceves, Country Manager de la compañía en México, “apostar por la mejora del sector petroquímico a través de la construcción contribuirá directamente a revitalizar un sector con un gran potencial en nuestro país, lo que será de gran importancia para alcanzar el objetivo de ser menos dependientes del crudo que se importa desde EE.UU. y lograr así las metas estratégicas en materia energética de nuestro país”.
Aunque la operadora nacional PEMEX tiene previsto incorporar 78 nuevos pozos de exploración a la red, una de las principales causas de este lento crecimiento se debe a la antigüedad de los pozos de extracción, aproximadamente unos 4.200 en todo el país, que en muchas ocasiones superan los 50 años.
Modernizar el sector
Algo similar a lo que ocurre con las refinerías en funcionamiento -seis en el caso de PEMEX-, cuya configuración solo permite actualmente el tratamiento de crudo y no la elaboración del mismo en productos petrolíferos de alto valor.
En este contexto, la modernización de la infraestructura de proceso petroquímico contribuiría a una revitalización del sector y a un nuevo impulso a la economía nacional.
Según el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), parte de esta renovación podría pasar por convertirlas en centros de proceso petroquímico y contribuir así al abastecimiento de regiones como Tamaulipas o del sudeste de México, y cubrir la demanda energética existente.