El Servicio de Administración Tributaria (SAT) descubrió accidentalmente una alteración en el mercado nacional de combustibles, donde se da la aplicación del estímulo complementario (subsidio) a la comercialización de gasolina y diésel
Ramsés Pech
Grupo Caraiva – León & Pech Architects
Hoy en México el precio de los combustibles al consumidor es más elevado en comparación con el mercado de Estados Unidos. Respecto a la gasolina regular, el promedio de la media nacional de nuestro vecino está en alrededor de 1.20 a 1.30 pesos por litro; pero en el diésel, el costo más alto va de los 2.65 a 2.70 pesos por litro.
Esto dio lugar a que el estímulo complementario (subsidio) continúe ejerciéndose para el caso del diésel (esta semana será 1.7983 pesos por litro).
El estímulo complementario tiene alrededor de 24 semanas en vigor por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP); y cabe recordar que, la demanda de gasolina y diésel regresaron a los valores prepandémicos que tenían en el mercado.
La pregunta que surge es, ¿fue correcta la estrategia del gobierno mexicano?
La respuesta indica que sí: desde el punto de vista de forma directa al consumidor, pero no para controlar a la inflación en lo general (julio 8.15) y a la no subyacente (julio 9.15); las cuales muestran una tendencia ascendente continua para el resto de 2022.
La demanda aumenta y los precios de los combustibles continúan acrecentándose con todo y estímulo complementario aplicado; esto significa que la gente recorre más kilómetros en su auto. Esto ha colocado en un dilema a las familias, al tener que priorizar la movilidad; reduciendo la calidad en la alimentación, servicios e insumos para una vida acorde a sus necesidades, ante un salario que no aumenta. En 2023, si la inflación continúa aumentando, los empleadores ajustarán al salario de acuerdo con el porcentaje observado en esta.
Los combustibles representan un gran peso a la variante de la inflación. Recordemos que México importa más del 60% de sus combustibles (64% gasolinas y 60% diésel); y actualmente las refinerías tienen una tendencia de utilización no mayor del 51%. Con la nueva refinería Olmeca, no se cubrirá la totalidad de la demanda si continúa esta propensión.
Ante esto, en el mercado mexicano ocurrió un accidente estadístico financiero. El Servicio de Administración Tributaria (SAT) identificó algunas variables que determinaron algunos modos del cómo era importada la gasolina y diésel hasta antes del incremento del precio del barril a los valores observados a partir de marzo.
El origen del accidente:
La SHCP al observar el incremento del precio del barril y los precios de los combustibles en EU, aplicó una variante para el cálculo del precio a los consumidores; originando así el llamado “estímulo complementario”.
El estímulo fue aplicado en la enajenación de los combustibles en forma directa a sus importadores o comercializadores. Significa que, si tú compras combustibles en México o fuera del país (importación), no pagarías el IEPS; y adicionalmente te reconocerían un monto en pesos por cada litro, lo cual ayudaría a recobrar el sobrecosto de la compra.
Es decir, si tú compraste la gasolina regular en una refinería o centro de almacenamiento y pagaste 28 pesos, el gobierno determinó por medio de la SHCP un estímulo complementario de 7 pesos, para mantener el precio de la gasolina en el mercado a no más de 21 pesos. Los que enajenaron este producto, podrían solicitar vía devolución ante el SAT el monto por litro; pero la condicionante a la empresa que solicita dicho trámite, debería mostrar la trazabilidad del combustible, así como estar al día en sus impuestos declarados.
Lo observado del SAT:
Existe una importación inadecuada de combustibles a México y un mercado no declarado en gravámenes no registrados, en función de la demanda observada.
Para llegar a esto, el SAT descubrió que hay una demanda real estimada acumulada, de enero a junio, de 240.9 millones de barriles (mil 338 millones de Barriles diarios) de gasolina y diésel en el mercado mexicano. Solo se realizó gravamen de estos combustibles por 214.5 millones de barriles (mil 192 mbd). La diferencia entre la calculada y gravada es de 20.6 millones de barriles (147 mil barriles diarios), considerada esta divergencia en un mercado de venta ilícito.
a) Solo se realizo gravamen de estos combustibles por 214.5 millones de barriles (1.192 MBD).
La diferencia entre la calculada y gravada es de 20.6 millones de barriles (147 mil barriles diarios).
La diferencia es considerada un mercado de venta ilícito.
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— Ramses Pech (@economiaoil) August 18, 2022
Las importaciones no están pagando IEPS, sino que se está realizando la devolución del subsidio correspondiente por litro vendido directamente por el importador; lo cual elimina los incentivos para la actividad de contrabando, al no poder declarar una trazabilidad y procedencia, limitando solicitar la devolución de cada litro enajenado.
b) Las importaciones no pagan IEPS, sino realiza la devolución del estímulo complementario (subsidio) por litro vendido directamente por el importador.
La razón principal de la reducción del contrabando de combustibles importados o dentro del mercado.
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Por último, la importación de lubricantes se incrementó 79% en 2021 sobre la demanda legítima del mercado, sin que exista algún sustento en la actividad económica de alza en la demanda. En 2022, disminuyó el volumen de importación de lubricantes, dejando claro al SAT que son usados como medio de evasión para importar diésel y gasolina; debido a que la demanda de lubricantes corresponde al mes de junio acorde a lo esperado.
c) La importación de lubricantes incremento 79% en 2021, sobre la demanda legítima, sin que exista algún sustento en la actividad económica
2022 disminuyo el volumen de importación
No están sujetos al pago de IEPSSon usados como medio de evasión para importar diésel y gasolina pic.twitter.com/CS8LloHllM
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Estos indicadores nos muestran una alteración en el mercado, descubierta accidentalmente, con el implemento del estímulo complementario; dando herramientas matemáticas, financieras y estadísticas de la distorsión del cómo era cubierta la demanda en el mercado mexicano.
El estímulo complementario ha servido para calibrar el mercado en forma accidental, pero no ayuda a contener a la inflación. De acuerdo con el SAT, el gobierno ha destinado 161 mil 445 millones de pesos para controlar la inflación; de los cuales 117 mil 398 millones corresponden a no cobrar el IEPS y, 44 mil 47 millones al estímulo complementario decretado a partir del 4 de marzo.
El control de la calidad del combustible no está en las estaciones de servicio, debido a que su trazabilidad depende del comercializador o distribuidor. Se observa que Pemex incrementó en volumen sus importaciones a comparación de los privados; y esto deriva del accidente estadístico del SAT. Aquí solo queda indicar que, es necesario tener una mejor calidad de combustibles, al tener mejores aditivos como oxigenantes (MTBE y Etanol); incluidos en las mezclas para ayudar a tener una combustión completa y aumentar los Km recorridos por litro, una vez que hay claridad de la procedencia de los combustibles.
El consumidor no pregunta o sabe la calidad que compra, pero las instancias reguladoras sí. Es por eso que, el accidente es un preámbulo para corregir las fallas en la calidad dentro del mercado.