Hoy los apostadores presencian una elección muchísimo más cerrada que la que están viendo los encuestadores, dice Jorge Flores Kelly en torno al debate presidencial en EU
Jorge Flores Kelly
Socio de Aporta Consultoría Estratégica
Al debate presidencial de anoche en los Estados Unidos, el candidato demócrata Joe Biden llegó con ventaja clara en preferencia en las encuestas; aunque bastante menos en las apuestas. Lo que aumentó la expectativa, en virtud de los resultados de la pasada elección presidencial. Recordemos que en la víspera, los sondeos favorecieron siempre a Hillary Clinton, no obstante, la elección se la llevó Donald Trump.
En 2016, “encuestas de encuestas” y modelos predictivos como FiveThirtyEight indicaban que en 8 de 10 veces ganaría Clinton. Fallaron rotundamente, independientemente de quién ganó el voto popular; algo que no es parte del juego -y nunca ha sido- en las elecciones que se definen por voto electoral.
Cuando leemos las explicaciones de encuestadores y diseñadores de estos modelos predictivos sobre las razones que propiciaron la falla en las encuestas, típicamente relucen factores exógenos imposibles de anticiparse. Entre ellos, se habla de que: hubo una votación más numerosa y preponderacia de indecisos entre los votantes. Además de, finalmente, echarle la bolita a la “comentocracia” y a la ciudadanía que no entienden que los modelos se basan en el pasado y pueden fallar.
La revista The Economist corre ahora un modelo predictivo de las elecciones en Estados Unidos. Sus conclusiones indican que Biden ganará en 8 de 10 ocasiones, haciéndolo su gran favorito. Algo que llama la atención, es que su modelo -al igual que las encuestas- ha dado un giro impresionante en la probabilidad del triunfo de Biden desde su nominación en un periodo de tiempo inusualmente corto.
Joe Biden could not name a single Law Enforcement group that supports his candidacy!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 30, 2020
Hagan sus apuestas
Si uno asume que la elección presidencial es el equivalente al resultado que obtenemos de jugar varias manos durante un cierto periodo de tiempo en un casino; al ver los modelos predictivos lo más seguro es que el gerente del casino hubiese llegado a la mesa y cambiado al croupier con cuatro guardaespaldas.
La razón es muy sencilla: con muy escasas manos jugadas (unas pocas semanas y con los mayores hitos, como los debates pendientes), la “suerte” cambió radicalmente y ahora usted está ganando todas las manos y desfalcando al casino. Un cambio como este no pude pasar desapercibido para nadie, pareciera que los modelos predictivos por un sesgo de construcción dan demasiada ventaja a quien en un momento dado encabeza las encuestas. Y más aún, falta la mano final en noviembre: la elección. El equivalente a un montón de manos en el Black Jack.
Una mejor fuente para tener una idea de lo que podría pasar, es ver lo que sucede en el mercado de apuestas; que ha tenido un mejor récord en predecir los resultados de las elecciones. La razón es muy sencilla: para los apostadores hay algo en juego y es la apuesta.
Como dicen, todo mundo opina gratis pero cuando se juega el pellejo o le cuesta dinero, refina su opinión. No obstante, donde uno pone su dinero dice más que mil palabras. Hoy por hoy, los apostadores presencian una elección muchísimo más cerrada que la que están viendo los encuestadores.
You heard a lot come out of President Trump’s mouth. Can you name one thing he said to actually make your life better?
— Joe Biden (@JoeBiden) September 30, 2020