Rosanety Barrios Beltrán
Experta en finanzas y energía con una experiencia profesional de más de 30 años
Hablábamos el mes pasado del reto que tiene Pemex para enfrentar un nuevo orden mundial en la industria del petróleo, ese nuevo orden en donde el primer objetivo será sobrevivir a la caída de la demanda, lo que nos hace pensar que el mapa de actores que veremos en dos años más será muy diferente al actual.
Veamos algunos números para dimensionar, para lo cual me remito al reporte financiero del primer trimestre del año. En él observamos que el costo de ventas de PEP, sin depreciación y neto del efecto de reversa de activos, fue de $80,985 millones de pesos ó US$3,449 millones. Si dividimos este número entre el total de barriles de crudo producidos en el trimestre (156.51 millones de barriles), el resultado es que cada barril se produjo a US$22. Al sumar los gastos administrativos y el costo de la deuda, el costo por barril aumenta a US$33.
PEP reportó un pago de impuestos de US$15 por barril, por lo que el costo total de la producción del 1T/2020 llegó a US$48 por barril. Este cálculo, hecho con base en el estado de resultados, es diferente al definido por USGAAP (ASC Topic 932), pero representa un muy buen indicador de la cantidad de dinero que el Estado debe invertir a través de Pemex para alcanzar la meta de producción planteada por el Gobierno Federal.
Ahora por favor, consideren que en este mismo reporte financiero se informó que Pemex perdió US$12.51 por cada barril que refinó en el periodo y me parece que tenemos elementos suficientes para plantear que la estrategia adoptada requiere de ajustes inmediatos para evitar que la empresa del Estado siga perdiendo dinero.
En medio de esta complicada situación, conviene recalcar que la intención de que México produzca toda la gasolina que consume es un objetivo válido. Pero desafortunadamente en medio de una crisis sanitaria y económica el dedicar dinero público a una actividad que destruye valor, es por demás cuestionable.
México, más que un país petrolero, es un país con recursos naturales, entre los que se encuentran los hidrocarburos. Su aprovechamiento debe formar parte del proyecto de nación, sin lugar a la duda. Aquí la pregunta es cómo hacer para que esos recursos, al explotarse, dejen a los mexicanos apropiarse de una renta, al tiempo que la empresa del Estado se convierte en una entidad rentable, eficiente y sustentable.
*Experta en finanzas y energía con una experiencia profesional de más de 30 años. Tuvo a su cargo parte del diseño del nuevo modelo energético mexicano y fue responsable de la política pública para el desarrollo de los mercados de gas natural y petrolíferos, por lo que acumula más de 18 de años de experiencia en el sector energía y más de 15 en el sector financiero mexicano. Dentro de sus principales logros está el desarrollo de las políticas de almacenamiento de gas natural y petrolíferos.
Contacto: rosanety.barrios@gmail.com