Ciudad de México (Julien Mivielle / AFP / Energía Hoy).- El petróleo, cada vez más barato y que por momentos vale menos que nada en los mercados, paradójicamente no debería cuestionar el desarrollo de las energías renovables, según opinan los expertos.
Con la pandemia covid-19 que cierra fábricas y mantiene en tierra a los aviones, la demanda de petróleo se ha derrumbado mientras Arabia Saudita se lanzaba en una violenta guerra de precios, al aumentar su producción.
Finalmente, los países productores se pusieron de acuerdo en limitar algo su producción. Pero era demasiado tarde: el petróleo sobra, las reservas están a tope y las cotizaciones se han venido abajo.
El Brent del mar del Norte valía menos de 20 dólares este martes: su valor ha quedado dividido por tres en menos de tres meses. Y en Estados Unidos, los precios llegaron incluso a ser temporalmente negativos: productores o intermediarios estaban dispuestos a pagar para deshacerse de sus barriles.
“Los cambios en el mercado petrolero tienen repercusiones en el conjunto del sector de la energía” estima la Agencia internacional de Energía (AIE), que aconseja a los países desarrollados sobre su política energética.
“Un período duradero de cotizaciones bajas afectaría las perspectivas de transición hacia energías más limpias”, asegura.
Un petróleo muy barato a largo plazo podría lastrar los esfuerzos en favor del ahorro energético, o del desarrollo del vehículo eléctrico.
“Si las cotizaciones están deprimidas mucho tiempo, lo que es posible, los vehículos eléctricos tendrán más dificultad en entrar en los mercados” admite Ryan Kellogg, profesor en la universidad de Chicago.
Pese a ello, el experto no considera que el petróleo barato vaya a desestabilizar fundamentalmente la transición hacia las energías renovables, “no desde luego en el corto o medio plazo”.
– Riesgo petróleo –
Según François Chartier, encargado de campaña en Greenpeace, la caída de los precios del crudo plantea la viabilidad de la producción de hidrocarburos, cuya rentabilidad reposa sobre la hipótesis de un barril a 50 dólares.
Ahora, estos precios están cada vez menos garantizados, sin contar con la presión política para que se reduzca la utilización de hidrocarburos, debido a la emergencia climática
Por ello, el riesgo para las compañías petroleras y sus accionistas es encontrarse con activos que han perdido todo su valor.
“Para un inversor institucional, un banco, actualmente los nuevos proyectos petroleros tienen mucho riesgo” observa François Chartier. En cambio, “invertir a largo plazo, en proyectos de 30 a 40 años de energías renovables es una opción financiera más segura” .
Las energías renovables se han vuelto rentables, con una caída de los costes de los sectores eólico y solar en los últimos años. Y sus ingresos están a menudo garantizados por los poderes públicos –aunque hay cada vez menos subvenciones– o por contratos de compra de grandes empresas o instituciones
– Diversificar –
Los gigantes petroleros y gasíferos, que han empezado a diversificarse invirtiendo en la electricidad de origen renovable, no renuncian a estas gastos pese a la crisis histórica que atraviesa el sector.
“Con las cotizaciones actuales, la rentabilidad (de las inversiones) del petróleo y del gas están siendo similares a lo que los inversores pueden esperar de proyectos eólico y solares de bajo riesgo” confirma Valentina Kretzschmar, del gabinete Wood Mackenzie.
“La transición energética está ahí para quedarse” augura la experta.
Petróleo barato no cuestiona el desarrollo de energías renovables
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