Escrito por: Comunidad EH, Opinión, Ramsés Pech

El modelo noruego de transición energética

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Noruega es reconocida mundialmente como uno de los países líderes en la transición energética, avanzando de manera decidida hacia una economía neutra en carbono.

Ramsés Pech

Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos

Sin embargo, lo que hace aún más interesante el caso noruego radica en la fuente monetaria para esta transformación y en que la mayor parte de los recursos que permiten financiarla provienen del sector de los hidrocarburos, especialmente del petróleo y el gas natural. Este modelo, a primera vista paradójico y contradictorio entre posturas pro y antiambientalistas, ha convertido a Noruega en un ejemplo de cómo aprovechar inteligentemente los recursos naturales para sentar las bases de un futuro más limpio y sostenible.

Noruega descubrió importantes yacimientos de petróleo y gas en el Mar del Norte a finales de la década de 1960. Desde entonces, el país ha sabido gestionar estos recursos con una visión a largo plazo, procurando que el beneficio sea compartido por toda la sociedad y no solo por unos pocos. El Estado noruego es propietario de la mayor parte de las licencias de explotación y participa activamente en empresas como Equinor (antes Statoil), lo que le permite captar una parte muy significativa de las ganancias generadas.

Actualmente, el sector de petróleo y gas representa aproximadamente el 20% del PIB noruego y cerca del 40% de sus exportaciones totales. Año tras año, este flujo de riqueza ha sido la base sobre la cual Noruega ha construido su Estado de bienestar, pero también el principal motor de su estrategia de transición energética. Los ingresos generados no se gastan de inmediato; al contrario, se canalizan hacia el fondo soberano conocido como Government Pension Fund Global (o “el fondo petrolero”), el cual supera el billón de dólares estadounidenses y es el más grande del mundo.

El Gobierno de Noruega estableció en 1990 el Government Pension Fund Global con el objetivo de gestionar los ingresos petroleros para beneficio de las futuras generaciones y para amortiguar los posibles impactos de la volatilidad de los precios internacionales de los hidrocarburos. Este fondo invierte en acciones, bonos y bienes raíces en todo el mundo, y sus rendimientos son utilizados para financiar el presupuesto nacional, incluida la transición energética. ¿El fondo mexicano es utilizado de igual forma?

Solo una pequeña proporción de los ingresos del fondo se destina al gasto público anual (normalmente, no más del 3% de su valor), lo que permite preservar el capital para el futuro y evitar el sobrecalentamiento de la economía. Además, la política de inversión del fondo favorece de manera creciente a las empresas que cumplen con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), apostando por la descarbonización y la sostenibilidad.

Noruega consume alrededor de 220 mil barriles de petróleo por día, un nivel que se ha mantenido relativamente estable desde 2020 y se espera que continúe así hasta 2050, aunque con un volumen menor al actual.

Noruega tiene reservas para seguir exportando petróleo y gas durante varias décadas, con proyecciones que sugieren que la producción y exportación continuarán siendo significativas al menos hasta 2050. El país está activamente expandiendo la exploración y producción de estos recursos. La duración de estas exportaciones dependerá de la explotación de las reservas probadas; que son muy extensas en comparación con su consumo.

En los últimos días, el operador noruego de petróleo y gas Aker BP ha realizado un importante descubrimiento de petróleo que podría agregar recursos sustanciales al área de desarrollo de Yggdrasil, en el Mar del Norte de Noruega; donde se espera que un proyecto de múltiples campos en curso produzca su primer petróleo en 2027.

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Uno de los factores clave en el éxito noruego ha sido la disciplina fiscal y la transparencia en el manejo de los ingresos petroleros. El uso de los fondos está regulado por la llamada “Regla de Gasto”, que impide que el Estado utilice más allá de lo que generan los intereses del fondo soberano. Esto garantiza la sostenibilidad financiera a largo plazo y evita los llamados “maleficios del petróleo”, como el abuso de los recursos, la corrupción o la dependencia excesiva de un solo sector.

La transición energética de Noruega no podría entenderse sin el amplio consenso social y político en torno al aprovechamiento responsable de los recursos. Existe un acuerdo transversal en la sociedad noruega sobre la necesidad de utilizar los ingresos petroleros para construir un país más justo, próspero y ambientalmente responsable. Este consenso se refleja en la aprobación de presupuestos para ciencia e innovación, en la educación ambiental y en la promoción de una economía diversificada y resiliente.

Noruega invierte entre 30 y 40 mil millones de dólares anuales, en forma conjunta entre lo público y privado, en el sector energético, donde el 70% de la inversión se destina a la extracción de petróleo y gas en el Mar del Norte.

La industria petrolera estatal de Noruega tuvo un flujo de caja neto en aproximadamente 64 mildd en 2024, y estos ingresos contribuirán al Government Pension Fund Global; el cual financiará varios proyectos que generarán rendimientos que se usarán para la transición energética.

En 2024, Noruega también alcanzó una producción récord de gas, exportando alrededor de 126,000 millones de metros cúbicos, lo que representa el 95% del gas producido, enviado en su totalidad a Europa, principal destino de sus exportaciones de petróleo y gas, contribuyendo significativamente a la seguridad energética europea.

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La producción total, que incluye líquidos de gas natural (LGN) y condensados, superó los 2.1 millones de barriles diarios en algunos períodos. El país consume alrededor de 220,000 barriles de petróleo por día y exporta cerca de 1.6 millones de barriles diarios de petróleo crudo y líquidos de petróleo.

Noruega cuenta con una importante planta de procesamiento con una capacidad de 226 mil barriles, llamada Mongstad, operada por Equinor. Esta planta produce una amplia gama de productos para la exportación, lo que convierte al país en un proveedor importante de gasolina y diésel para la Unión Europea.

El país nórdico ha aprovechado ambos combustibles fósiles para apalancar su transición energética. Esto continuará, debido a que las autoridades han señalado que la transición será gradual y dependerá de la evolución de la demanda global, la tecnología disponible y la capacidad del país para diversificarse hacia nuevas fuentes de riqueza energética e infinita. El gobierno noruego sigue otorgando licencias para la exploración y explotación de nuevos yacimientos, aunque bajo regulaciones estrictas y con metas de reducción de emisiones asociadas a la producción.

Oil & Gas para rato

La demanda mundial de petróleo y gas continúa siendo alta, especialmente en Europa, donde Noruega es un proveedor estratégico. El contexto geopolítico y energético europeo, sobre todo tras la reducción de suministros rusos, ha reafirmado la importancia de Noruega como exportador confiable.

Esto complica la posibilidad de que Noruega fije una fecha concreta para poner fin a las exportaciones de combustibles fósiles y sus derivados.

Conclusión. El modelo es claro: utilizar los recursos fósiles para obtener flujos de efectivo, con base en tener un fondo que financie otros proyectos y que genere dividendos, y con esto apalancar la transición energética, basada en la electrificación de todas las actividades de las personas, incluyendo transporte, comercio, industria y hogares.

Este mismo modelo lo están adoptando Estados Unidos, que desde 2015 es uno de los mayores exportadores de petróleo crudo, gas y derivados, posicionándose en el mercado de hidrocarburos al estilo noruego.

¿México, en dónde queda?

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