En el marco de “45 Másters de la Tecnología” se llevó a cabo el panel “Blindaje Digital: Seguridad como Pilar de la Confianza”, moderado por Hugo Enrique Moreno (Alibaba Cloud) y con la participación de Lorena Bravo (Google Cloud), Raúl Zepeda (Unlocked AI), Alejandro Romero (Cyberpeace) y Carlos Marcel (Kyndryl México).
El panel inició con una advertencia: la ciberseguridad ya no puede verse como un área técnica aislada, sino como parte esencial de la estrategia de negocio. Los especialistas señalaron que los datos, la infraestructura crítica y las personas son los componentes más vulnerables. Es por ello que requieren atención prioritaria para garantizar la continuidad operativa.
Amenazas en aumento
Alejandro Romero recordó que las empresas deben asumir que sufrirán un ciberataque en algún momento y que la preparación es clave. Entre los riesgos más graves, Lorena Bravo mencionó el “poisoning” o envenenamiento de datos mediante inteligencia artificial. Esta práctica puede alterar información crítica en sectores como salud o finanzas.
Los participantesdel panel sobre Blindaje Digital también destacaron que México es el segundo país más atacado en América Latina, después de Brasil, y que la ingeniería social sigue siendo un vector común de ataque. La manipulación de identidad a través de deepfakes y voicefakes fue citada como un riesgo creciente.
Integrar tecnología, procesos y personas
Carlos Marcel planteó que una estrategia efectiva requiere tres elementos: tecnología, procesos y educación de las personas. Sin protocolos claros y capacitación, advirtió, incluso las mejores herramientas pueden ser vulnerables.
Raúl Zepeda añadió que las pequeñas y medianas empresas son especialmente susceptibles porque carecen de protocolos de recuperación y planes de resiliencia. Para este segmento, propuso implementar procesos que permitan seguir operando incluso bajo ataque.
Los panelistas coincidieron en que el uso de inteligencia artificial puede ser tanto una amenaza como una herramienta de defensa. Su correcta implementación, combinada con un cambio cultural en la alta dirección, es esencial para fortalecer la resiliencia empresarial frente a un panorama de riesgos cada vez más complejo.