La nueva Comisión Nacional de Energía (CNE) marca un cambio estructural para el sistema eléctrico en México. Con una creciente demanda y la urgencia por tecnologías limpias y almacenamiento energético
Con la creación de la CNE, México entra en una etapa decisiva para la transformación de su sistema eléctrico. Esta nueva autoridad reguladora, con independencia técnica y operativa, tendrá la responsabilidad de supervisar, autorizar y sancionar actividades en toda la cadena eléctrica: generación, transmisión y distribución.
El surgimiento de la CNE se presenta como una manera de modernizar el sistema energético del país. Sobre todo en un contexto global donde la descarbonización y la resiliencia energética son prioridades. Según datos de la Secretaría de Energía (Sener), la demanda eléctrica crecerá a una tasa promedio anual de 2.5% durante los próximos 15 años, alcanzando niveles altos hacia 2037. En 2023, por ejemplo, la demanda aumentó un 3.5% interanual, ello refleja una tendencia sostenida al alza.
Líneas de transmisión
Para atender este incremento y evitar el colapso de la red, el gobierno anunció una inversión de 31,528 millones de dólares a través del “Plan Nacional de Expansión del Sistema Eléctrico 2024-2037”. El recurso se destinará a la modernización de líneas de transmisión, subestaciones y sistemas de control inteligente. Todo esto deberá ser coordinado y monitoreado por la CNE, que además calculará tarifas y contraprestaciones, alineadas con una planeación vigilante y sustentable.
Las empresas del sector energético y de otros giros industriales también están llamadas a adaptarse. La eficiencia energética es una buena práctica y una necesidad para operar en un sistema más exigente. En este sentido, las soluciones tecnológicas cobran un papel fundamental.
Los sistemas BESS
Entre las herramientas más eficaces está el almacenamiento de energía con sistemas BESS (Battery Energy Storage System). Estas baterías inteligentes, impulsadas por inteligencia artificial, se cargan cuando las tarifas son más bajas y liberan su energía en los picos de demanda, cuando los costos se disparan.
“La nueva era de la CNE es una oportunidad para redefinir el futuro energético del país. Los desafíos son complejos, por ello debe de liderar políticas que preparen al sistema energético ante fenómenos extremos, sequías, incendios o huracanes”, destacó Alejandro Fajer, director de Operaciones de Quartux.
Además de aliviar la presión sobre la red, estas soluciones permiten a las empresas reducir hasta en un 40% sus costos en el recibo de luz bajo tarifas GDMTH de la CFE. Lo cual representa una ventaja en el nuevo contexto regulatorio que incentivará la sostenibilidad, pero con lineamientos más rigurosos.
Sectores como el de manufactura, hospitalario, centros de datos o de entretenimiento nocturno encuentran en el almacenamiento energético una protección ante apagones, una situación cada vez más frecuente debido al estrés del sistema eléctrico nacional.
Aquellas empresas que incorporen tecnologías limpias y colaboren con los objetivos de la CNE podrán incrementar su competitividad y contribuir activamente a enfrentar los desafíos ambientales que definirán la siguiente etapa del desarrollo energético en México.
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