El alza eléctrica de la CFE en 2025, el mayor en cinco años, plantea retos para la industria mexicana. Expertos proponen innovar con generación distribuida y almacenamiento energético para mitigar el impacto
La (Comisión Federal de Electricidad (CFE) inició el año con un aumento significativo en las tarifas eléctricas, una medida que, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), busca responder a la creciente demanda energética y garantizar competitividad en los precios. Este ajuste, contemplado en el Paquete Económico 2025, representa el incremento más alto en los últimos cinco años. Y está vinculado al alza en los costos de combustibles fósiles, la volatilidad cambiaria y los gastos operativos de la infraestructura energética nacional.
El impacto se concentra en el sector industrial, donde los aumentos promedian entre un 8% y un 12%. Muy por encima de los ajustes previos que oscilaron entre el 3.39% y el 3.89%. Las zonas más afectadas incluyen Baja California Sur, el Centro Sur (Estado de México, Morelos y Ciudad de México) y el Noroeste (Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora), particularmente en las tarifas GDMTH, DIST y DIT.
Efectos en la industria
El efecto del alza eléctrica de la CFE en la industria es significativo, ya que el sector representa el 58% de la demanda eléctrica nacional. La subida podría comprometer la competitividad de las empresas mexicanas en el contexto del nearshoring. Encarecer productos finales y desalentar nuevas inversiones, especialmente en industrias intensivas en energía.
Alejandro Fajer, director de operaciones de Quartux, advirtió: “El sector industrial mexicano enfrenta un incremento en las tarifas eléctricas de la CFE, convirtiéndolo en un gran desafío no solo afecta los costos de operación, sino que también pone en riesgo la competitividad en mercados internacionales, ante el boom del nearshoring en nuestro país. Sin embargo, en Quartux, creemos que este representa una oportunidad para innovar y transformar la gestión energética de las industrias, e invertir en nuevas soluciones energéticas como las que ofrecen los sistemas de almacenamiento energético (BESS)”.
Fajer destacó que el uso de soluciones como el almacenamiento energético y la generación distribuida puede reducir costos hasta en un 40%. Estas tecnologías permiten a las empresas optimizar el consumo eléctrico. Almacenan energía durante periodos de baja demanda para utilizarla en horas pico, mejorando la eficiencia y mitigando riesgos como apagones.
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