La infraestructura crítica, como energía y telecomunicaciones, es vulnerable a ciberataques. Expertos destacan la urgencia de fortalecer la ciberseguridad para garantizar la continuidad de los servicios esenciales y los negocios
La infraestructura crítica incluye servicios esenciales como la energía, agua y telecomunicaciones. Actualmente enfrenta un creciente riesgo de ciberataques debido a su digitalización. Aunque esto ha mejorado la eficiencia, también ha aumentado la superficie de ataque, lo que hace que los sectores interconectados sean más vulnerables.
Manuel Acosta, Country Manager de Hillstone Networks en México, explicó que la interdependencia entre estos servicios significa que un fallo en un sector puede ocasionar problemas en cadena. Por ejemplo, un ciberataque que afecte el suministro eléctrico podría paralizar servicios de agua y telecomunicaciones. Con ello impactaría negativamente a millones de personas.
Acosta destacó la importancia de adoptar medidas de seguridad robustas y proactivas. Señaló que se necesita un ecosistema integral de ciberseguridad que permita proteger la infraestructura crítica de manera eficiente y resiliente frente a las crecientes amenazas cibernéticas.
Algunos puntos clave que destacó Acosta para la protección de la infraestructura crítica son:
- Visibilidad de la red: Las organizaciones deben tener una visión completa de sus sistemas para identificar vulnerabilidades.
- Seguridad en la nube: Con el auge de la migración a la nube, la protección de datos y aplicaciones en entornos híbridos es esencial.
- Resiliencia ante ataques: Las empresas deben desarrollar planes de respuesta para minimizar los impactos de ciberataques.
- Cumplimiento normativo: Es crucial cumplir con regulaciones de seguridad en sectores como el energético.
- Educación y concienciación: Capacitar a los empleados es clave para prevenir errores humanos que puedan comprometer la seguridad.
“Invertir en ciberseguridad no solo salvaguarda los activos digitales, sino que también garantiza la confianza de nuestros clientes y la resiliencia ante las amenazas emergentes. Proteger nuestra infraestructura crítica es, sin duda, proteger el futuro de nuestras empresas”, concluyó Acosta.
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