Existe la percepción de que en nuestro país la mano de obra no está calificada, pero no es así: Rodrigo Parral Durán. Habló sobre la economía mexicana ante los retos globales, durante los trabajos de la Cátedra SHCP 2023 de la Facultad de Economía de la UNAM
México tiene un potencial grande, en términos de dotación de factores y de entorno institucional, para aprovechar la inversión denominada nearshoring, afirmó el director general de Política y Proyectos de Productividad de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Rodrigo Parral Durán.
Al participar en la Cátedra SHCP 2023 de la Facultad de Economía de la UNAM, con el tema “La economía mexicana ante los retos globales del 2023”, argumentó que en esa instancia del gobierno se han realizado ejercicios –tomando en cuenta la fuerza laboral y de reconversión de la misma, sustitución de insumos clave, etcétera– y de aprovechar ese potencial, en un escenario muy malo, México podría obtener uno o dos puntos porcentuales más en su tasa de crecimiento del PIB, y en uno mejor el incremento podría ser mayor.
En ascenso
Explicó que el nearshoring es un término que ha logrado popularidad, y se refiere a la relocalización de la fuerza productiva de un país a otro. Pero la producción manufacturera de alto valor no requiere solamente una cercanía geográfica.
Al respecto detalló que, por ejemplo, la producción de un vehículo promedio requiere 750 mil partes móviles, y la de un avión comercial seis millones; no todas ellas se fabrican en el país donde se ensamblan. Ese tipo de producción es “una coreografía precisa de logística en todo el planeta, y eso genera costos y fragilidad en las cadenas de suministro. Cualquier interrupción genera retrasos, como se mostró en la pandemia o con eventos geopolíticos”.
México, puntualizó, desde hace poco más de 40 años se ha especializado en una manufactura de alto valor, que es la industria automotriz, la cual demanda mayor empleo capacitado y no capacitado. Pero nuestro país tiene un conjunto de condiciones particulares que le permiten atraer inversiones y llevar la producción a los mercados de consumo final, en Estados Unidos, Canadá y el propio territorio nacional.
Se trata de su localización geográfica, de la capacidad de generación eléctrica, su fuerza laboral y su privilegiada posición logística (infraestructura para manejar el trasiego de mercancías de alto valor o para traer insumos que aún no se pueden producir en nuestro territorio). En ese sentido, a partir de 2020 se ha volteado a ver a México como posible destino de inversiones de ese tipo.
Mejorar condiciones
El funcionario recalcó que se han instrumentado políticas públicas encaminadas al desarrollo de la mejor fuerza laboral, con mejores condiciones, con inversiones en infraestructura muy fuertes no vistas en los últimos 20 años, así como una estrategia para el desarrollo de electromovilidad y de energías limpias.
Parral Durán expuso que lo que se desea manufacturar en México, y que da más valor agregado, requiere habilidades conocidas como STEM (siglas en inglés para ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Las carreras científicas son las que efectúan investigación y desarrollos tecnológicos, las que operan la maquinaria complicada para ese tipo de manufacturas.
Áreas de oportunidad
Las áreas de oportunidad de nuestra nación se muestran en datos: en 2022 había 5.4 millones de personas en el mercado laboral, ocupadas y no ocupadas, que tienen una carrera en esas áreas; de ese total, una tercera parte son mujeres. Pero sólo 3.8 millones ejerce su trabajo, y el resto que tiene conocimiento en ciencia y tecnología no está en el mercado.
Además, acotó, la mano de obra especializada labora sobre todo en el norte, en Nuevo León y Coahuila, en la actividad industrial, y en el centro, en la Ciudad de México, en el área de servicios. Esas tres entidades representan 35 por ciento de los 3.8 millones de quienes conforman la fuerza laboral calificada ocupada.
Existe la percepción de que en México la mano de obra no está calificada, pero “eso no es cierto”, aclaró; la fuerza laboral que tenemos es comparable a economías de otros países, y si hacemos un esfuerzo adicional continuo en términos de capacitación y recapacitación, podemos superarlas en cinco o seis años.
Retos a la vista
El reto, externó, es relocalizar la fuerza laboral o cómo hacer que se asigne a las actividades que queremos. “Tal vez en números absolutos no sea muy grande, pero ese no es el principal problema, sino que está mal asignada”. Pero resolver esa dificultad no es un sueño, es algo que se puede lograr con políticas públicas claras.
Para alcanzar la reconversión y recapacitación, en el gobierno de México se ha utilizado un mecanismo principal: el diálogo económico de alto nivel con Estados Unidos, ya que uno de sus pilares es el desarrollo de la fuerza laboral mexicana y de Centroamérica. Además, se han puesto en marcha estrategias para la reconversión de habilidades; se reconoce que faltan algunas, y la principal es el dominio del idioma inglés.
Parral Durán comentó que numerosas empresas tienen como compromiso y parte de su política corporativa, operar con base en energía renovable, y nuestro país tiene un gran potencial en esa área.
Además, contamos con uno de los depósitos de litio más grandes del mundo, que se ubica en una de las entidades que recibe mayor irradiación solar al año. En 2022 se diseñó la estrategia institucional y la modificación legal para que el Estado mexicano impulse una política de electromovilidad basada en la transformación del litio en baterías; por eso se diseñó el Plan Sonora, para el aprovechamiento de ese potencial.
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