Escrito por: Leonor Fernández del Busto González, Opinión

Liderazgo al inicio de una nueva era

sostenibilidad

Hoy en día se requiere que estas figuras tengan una gran habilidad para adaptarse a cambios continuos y la capacidad de motivar equipos de trabajo diversos y multidisciplinarios

Leonor Fernández del Busto González
Licenciada en Economía, especialista en Desarrollo Humano y socia de IRALTUS SC

La gran cantidad de paradigmas que se rompieron en los últimos años, nos sitúan en el inicio de una nueva
era y continuaremos viendo cambios importantes en distintos ámbitos. En el orden mundial se presentarán nuevas alineaciones en términos regionales e ideológicos; por su parte, la tecnología nos impactará con lo que derive de la evolución de la biotecnología y la inteligencia artificial; tanto en términos demográficos, viviremos un mundo con las implicaciones de una población urbana envejecida y de las crecientes enfermedades transmisibles; además en el uso de recursos energéticos y su impacto en el cambio climático. Por mencionar solo algunos de los ámbitos en los que
viviremos incertidumbre y cambios continuos.

Ante este panorama confuso en cuanto al optimismo o pesimismo con el que debemos ver hacia adelante, resulta crítica una evolución en el liderazgo; que guíe y permita responder al momento actual, para dar forma y cause a los nuevos retos, para poder dar un salto hacia un mundo mejor y de mayores oportunidades para todos.

Cuando hablamos de liderazgo, nos referimos a la persona que guía el camino hacia la consecución de un objetivo, con un propósito de vida y un sentido de trascendencia.

Normalmente los seguidores buscarían comodidad, estabilidad y soluciones por parte de sus líderes, aunque eso se parece más al papel de un cuidador de niños. Los
líderes auténticos cuestionan y generan conversaciones que muevan a su gente de la zona de confort y la acompañan en la transición al crecimiento.

La evolución del liderazgo que mencionamos también se requiere en las empresas. Durante mucho tiempo, los atributos primordiales que buscaban las empresas al contratar a ejecutivos de alto nivel eran la experiencia técnica, habilidades administrativas y una buena gestión de recursos financieros. El día de hoy, se requiere que estas cabezas tengan una gran habilidad para adaptarse a cambios continuos, la capacidad de motivar equipos de trabajo diversos y multidisciplinarios; con inteligencia e iniciativa tecnológica, capaces de ejercer una influencia positiva en colaboradores, clientes, organismos no gubernamentales y en la sociedad en general.

Un análisis realizado por Harvard Bussines Review, arroja resultados muy interesantes en este sentido; durante las últimas dos décadas, las empresas han redefinido de manera muy importante los perfiles de puesto de los ejecutivos priorizando las habilidades “suaves” sobre la experiencia operativa, refiriéndose específicamente a la habilidades de escucha y comunicación, a la capacidad para trabajar con grupos y personas diversas y a la habilidad para inferir pensamientos, emociones e intenciones en otras personas, que permita interpretar y/o anticipar conductas en los colaboradores.

El reposicionamiento de las habilidades suaves en el contexto laboral, es decir, esta nueva “batería” de habilidades y actitudes representa desafíos para los ejecutivos y para las empresas.

Esta evolución que se requiere en los líderes, y que implica la potencialización de las habilidades sociales, es particularmente crítica en empresas grandes, multinacionales y/o las que tienen procesos de fusiones y adquisiciones, ya que la necesidad de orquestar una comunicación efectiva que impacte en productividad y resultados es más crítica. Sin embargo, esta necesidad se irá extendiendo de manera acelerada y abarcará a todo el
mercado laboral y la competencia será cada vez más feroz para conseguir promociones o contrataciones.

La necesidad de evolución avanza a pasos agigantados, sin embargo, tenemos un reto por resolver y es el diseño
de nuevas herramientas que provean una base objetiva para evaluar este tipo de habilidades en los escalones
más altos de las organizaciones, tal como se hace ya con inteligencia artificial para posiciones de menor nivel; al
mismo tiempo, las instituciones educativas deberán poner mayor énfasis en la formación de habilidades suaves.

El mundo es otro, la resiliencia es un músculo vital en cualquier ámbito y el liderazgo debe evolucionar hacia los
nuevos retos.

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