Las empresas necesitan resolver cómo van a mantener y reforzar su licencia social para seguir operando y, por otro lado, cómo abordar las crecientes externalidades que se presentan en un mundo en constante transformación
Leonor Fernández del Busto González
Licenciada en Economía, especialista en Desarrollo Humano y socia de IRALTUS SC
Si bien el tema de la sostenibilidad se ha posicionado en la agenda estratégica de las empresas, aún existe una brecha entre lo que se establece en los documentos como objetivos y lo que realmente se hace.
Información recopilada por PWC a través del análisis de 729 empresas en 21 países y abarcando seis industrias, muestra que el 72% de las empresas mencionan Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS´s) en sus reportes anuales de sostenibilidad y el 50% de las empresas tienen identificadas sus ODS´s prioritarios; 54% de los que priorizaron estos objetivos, los mencionan en su estrategia de negocio. Sólo 1 de cada 5 de los CEO´s mencionan los ODS´s en sus reportes anuales.
Lo que resulta aún más preocupante es que hay mayor enfoque en los reportes de sostenibilidad que en ejercerla o implementarla. Solo el 27% de las empresas consideran que los ODS´s son parte de su estrategia de negocio y un porcentaje menor maneja indicadores medibles para monitorear las acciones de sostenibilidad (KPI´s). Estas cifras nos hablan del lugar que ocupa sostenibilidad en el día a día de las empresas, se requiere jerarquizar y dar
mayor prioridad al tema.
Si bien una proporción importante de las empresas tienen en consideración el tema y su importancia, trazar un camino concreto hacia la sostenibilidad no es tan sencillo.
Se requiere aterrizar retos y estrategias en iniciativas, proyectos e indicadores concretos.
Resulta crítico dar el paso, no se trata de una elección sino de un imperativo. Por un lado, las empresas necesitan resolver cómo van a mantener y reforzar su licencia social para seguir operando y, por otro, cómo abordar las crecientes externalidades que se presentan en un mundo en constante transformación.
Estas externalidades van desde las cambiantes necesidades de las partes interesadas (stakeholders) hasta la pandemia de la COVID, la guerra en Ucrania y todos los factores que impactan en la dinámica competitiva.
Podemos comenzar por identificar el objetivo al que se aspira con la estrategia de desarrollo sustentable para poder determinar qué tipo de medidas implementar. Es decir, si solamente se pretende mitigar los riesgos
se requerirá de una práctica de sostenibilidad mínima que permita reaccionar a los cambios de tendencia que afectan a los negocios en general y a los que afectan a la industria en la que opera el negocio; abordar las vulnerabilidades del entorno; establecer una política de donativos financieros o en especie; cumplir e informar oportunamente con los estándares mínimos de referencia.
Si queremos ir un paso más adelante y nuestro objetivo es generar algún impacto; requeriremos de esfuerzos que van más allá de la operación central de la empresa. Requerirá del monitoreo de tendencias para desarrollar planes de contingencia oportunos; del cumplimiento de estándares más altos al promedio de la industria, apalancados en nuestras fortalezas. Este nivel demanda una política de sostenibilidad más integral; que abarque temas de recursos humanos y programas filantrópicos, con el involucramiento absoluto de las partes interesadas (stakeholders).
Para generar el mayor impacto, se requiere de una práctica completamente integrada a la estrategia y operación de la empresa.
Lo anterior implica incorporar los ODS´s como elemento diferenciador; una mayor asignación de capital y de recursos, apalancarse en innovación, asegurarse de que toda la cadena de valor se alinea y aporta en este sentido; vincular estos objetivos a los incentivos y a las evaluaciones de los colaboradores.
La mayoría de las empresas han decidido subirse al barco. Independientemente de que se elija una ruta paulatina o grandes saltos en su implementación, es imperativo tomarlo en serio para hacer de la sostenibilidad una realidad.
Priorizar los objetivos de sostenibilidad más relevantes es un primer paso para determinar hacia dónde centrar la estrategia. Tarde o temprano las empresas adoptarán los ODS´s a nivel corporativo para poder permanecer en el mercado en las próximas décadas. El momento de implementación dará ventaja competitiva y permitirá tomar las oportunidades del mercado