Quizás AMLO tenía una claridad de que en el intermedio habrían situaciones que incrementarían los costos de los hidrocarburos
David Madrigal
Ingeniero en energía y desarrollo sustentable
Yo sé, suena descabellado pero te pido que me acompañes en este viaje, en esta teoría disparatada, como pueden sonar muchas en un principio; pero solicito por un momento que nos permitamos cuestionar y dar otra perspectiva a la situación; que es lo que siempre se busca en este espacio.
Supongamos que el presidente es el mejor analista energético y que tiene la máxima claridad para entender la prospectiva del sector a nivel mundial; digamos que es una eminencia en la materia, incluso aún mejor de lo que es para gobernar.
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Partamos del hecho de que él sabía desde 2018 lo que vendría a futuro y por ello su petroleocentrismo. Digamos que tenía conocimiento de que vendría una crisis mundial, que Rusia movería sus piezas y que los hidrocarburos se evaluarían a mediano plazo, pero este gurú y visionario, incluso ve más allá.
Ley de Moore: claridad en los límites técnicos
En 1965, Gordon Moore realizó una predicción que marcaría el ritmo de la revolución moderna. Hizo una extrapolación de la observación de una tendencia emergente según la cual, la computación aumentaría de manera radical en términos de potencia; y disminuiría en términos de costo relativo, a un ritmo exponencial.
Digamos que el licenciado Obrador parece un poco más ingeniero y que sabía que la Ley de Moore marcaría la pauta para la transición energética, limitando el ritmo que quisiéramos para ser 100% renovables. Es decir, que aunque el proceso se encuentre en marcha, aún no estamos ni cerca de la meta y en el camino, nuestra decisión estratégica de comprar refinerías, reconfigurar y reconstruir nos permitirá ser una punta de lanza en el segundo boom del petróleo.
Prospectiva y transición
En una o dos décadas, las grandes potencias seguirán requiriendo derivados pétreos para la construcción de carreteras, la producción de aceites destinados a la industria pesada, para la creación de las hélices de aerogeneradores o para los dados estables que requieren la cimentación de estas grandes máquinas.
Quizás AMLO tenía una gran claridad en que se abriría esta ventana y de que en el intermedio habrían situaciones delicadas que incrementarían la demanda y los costos de los hidrocarburos. Ahí tendríamos una posición privilegiada.
Se habla de los límites de las renovables, que es complicado almacenarlas y que no son constantes. La mejor forma de almacenar es mediante embalses y tener un bombeo de bajo coste; aunado a ello, las baterías han demostrado ser limitadas, grandes y costosas. Demos un ejemplo que volverá a dejar bien parado al presidente: aunque la electromovilidad avance, la electricidad es fósil
Transporte utiliza gas o diésel
Actualmente es casi un hecho que lo que consumimos y usamos fue transportado por un buque desde el otro extremo del mundo, y si bien, llevamos tiempo utilizando motores y trenes eléctricos de pasajeros de alta velocidad, las reglas cambian, pues hoy en día utilizan gas o diésel ya que por ahora los límites de las baterías de iones de litio y las distancias que hay que recorrer no presentan un panorama viable para seguir haciendo girar al mundo y su economía.
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La clave está en entender de unidades, en este caso sobre las TEU (en inglés, unidad equivalente a 20 pies) indicador de capacidad de carga; los buques más grandes transportan 23 mil 756 TEU’s, 21 mil Km entre Hamburgo y Hong Kong en 30 días; mientras que un experimento Noruego, el más viable de electromovilidad (el Yara Birkeland de Marin Teknikk) es capaz de transportar 120 TEU’s, una carga 200 veces menor, en una distancia 400 veces más corta y entre tres y cuatro veces más lento.
Ahora, que si se mejora la eficiencia de las baterías, se reduce el peso y esto se implementa de forma inmediata, es importante tener en cuenta que el 75% de la electricidad a nivel mundial proviene de fuentes no renovables, es decir de productos fósiles que emiten CO2 que llega a la atmósfera.
Por qué México no será sustentable
Una decisión estratégica, parece que se conoce y se tiene el santo grial, que mientras el almacenamiento energético no sea compacto, flexible, de mayor escala y con menor coste, la estrategia es correcta y maquiavélicamente pensada… o bien, simplemente se les “chispoteó” y en el sin sentido nos encontramos bien parados a futuro; pues en un horizonte próximo no podremos dejar de depender en gran cantidad de la demanda del petróleo, y seguir produciendo nos puede dar suficiencia e incluso una ventaja competitiva ante países que no cuenten con el recurso en unos cuántos años y que igualmente seguirán necesitando de este oro negro, es correcto, será cada vez más escaso y nosotros tendremos la industria necesaria para refinarlo…
Entonces, ¿AMLO tenía razón?