Escrito por: Nacional, Opinión, Víctor Rodríguez-Padilla, Víctor Rodríguez-Padilla

Reforma Eléctrica, lo que está en juego

Reforma Eléctrica-opinión

Para quienes viven en pobreza extrema lo que está en juego con la Reforma Eléctrica es el acceso a la luz eléctrica

Desde la izquierda
Víctor Rodríguez Padilla
Especialista en el sector energético

Estado benefactor

Para el Estado benefactor lo que está en juego es el control de un bien estratégico, única forma segura de garantizar su disponibilidad y confiabilidad, calidad y economía, a corto, mediano y largo plazo; al tiempo que se reduce la huella de carbono y se contribuye con la lucha contra el Calentamiento Global, compromiso adquirido por México durante la firma del Acuerdo de París. La seguridad energética es un bien público, cuya salvaguarda debe estar a cargo del Estado por incapacidad del mercado. De ahí la intervención directa en el proceso eléctrico, la explotación exclusiva de los minerales estratégicos y la responsabilidad ineludible de conducir una transición energética justa y sustentable.

Generadores privados

Para los generadores privados lo que está en juego es la continuidad de un lucrativo negocio, desean seguir recibiendo subsidios, acaparando rentas, maximizando utilidades, cobijados con garantías gubernamentales, apapachados con regulaciones favorables y protegidos con tratados, leyes y contratos muy a su favor. Se les prometió la industria eléctrica completa y no quieren que la 4T les cambie la jugada; quieren seguir avanzando. Hacer dinero es su razón de ser. La energía solar, la eólica, la transición energética y la economía verde son oportunidades de negocio, así como el gas natural, el petróleo e incluso el carbón, si hay garantías de rentabilidad; el ambiente ok, pero en segundo plano. Aprovechan las bondades de las fuentes renovables para dotarse de una aureola de santidad, pero detrás del greenwashing está su razón de ser: the business.

Comunidad de negocios

Para la comunidad de negocios, incluyendo representantes, analistas y asimilados, lo que está en juego es la continuidad del acceso a una industria reservada durante mucho tiempo al Estado, que finalmente se abrió a la inversión privada, nacional y extranjera. Es la batalla por el acceso sin restricciones ni limitaciones, que se enmarca en la confrontación ideológica entre el Estado y el mercado, en la pugna por establecer la libertad de comercio e inversión y de elegir al suministrador de su preferencia. Es la defensa de la cadena de la electricidad organizada como mercados abiertos a la competencia, donde el Estado solo es aceptado como regulador de la actividad, garante del piso parejo y protector de la inversión privada.

Grandes consumidores

Para los grandes consumidores lo que está en juego es el precio. La electricidad barata les ayuda a mejorar la competitividad de sus productos, sobre todo aquellos intensivos en electricidad. Para ellos lo que cuenta es que se mantengan los mecanismos mediante los cuales pueden obtener los precios más bajos, llámese subsidios, sociedades de autoabastecimiento, contratos bilaterales, mercado mayorista o segregación de usuario. Muy cómodos, quieren pagar la electricidad como si las centrales estuvieran al lado de sus fábricas para no tener que cargar con los costos del funcionamiento del Sistema Eléctrico Nacional.

Ciudadanía y Reforma Eléctrica

Para la ciudadanía lo que está en juego es la continuidad de la política de tarifas subsidiadas, especialmente para los hogares que menos tienen, pero también el derecho humano a la electricidad, así como el abastecimiento como un verdadero servicio público, sin los recortes y limitaciones del rasurado servicio universal.

La electricidad no es una mercancía, es un bien fundamental para el progreso económico y social. Es la clave para el desarrollo integral de la persona y la vida digna. Es un factor de cohesión territorial, desarrollo regional e integración social. La red eléctrica conecta, une y da sentido de pertenencia a una comunidad.  Sin electricidad difícilmente se pueden ejercer los derechos económicos, sociales y culturales, como alimentación y agua potable, vivienda y sanidad; salud y seguridad; educación y cultura; comunicación y recreación. En esa lógica, el servicio público debe cumplir los principios básicos de igualdad y equidad, continuidad y calidad, justicia social y solidaridad, eficiencia y adaptabilidad, economía y sostenibilidad.

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Para pueblos y comunidades lo que está en juego es el cese de la violación de los derechos humanos, económicos y socioculturales, por parte de los desarrolladores de proyectos energéticos. La instalación de parques eólicos en Oaxaca ilustra bien esa situación.

Asociaciones y organismos han documentado despojo de tierras, ausencia de equidad, abusos y engaños, agresiones y violencia, criminalización de la protesta social y asesinato de activistas y periodistas que difunden los atropellos. La electricidad es un bien fundamental, sin embargo, nada justifica la realización de proyectos que se apoderen del territorio, pasen por encima de la población y se realicen al margen de planes integrales de desarrollo que mejoren los niveles de vida de pueblos y comunidades aledaños.

El acceso está en juego con la Reforma Eléctrica

Para los que viven en la marginación y la pobreza extrema, aislados de la vida moderna, lo que está en juego es el acceso. Esperan que les llegue la luz, pero también ayuda para equiparse con aparatos que les permitan aprovechar la corriente eléctrica; además producir y mejorar su nivel de vida. La conexión a la red sin dinero para consumir y pagar la factura es lo mismo que seguir aislados. Es probable que la mayoría ni siquiera se haya enterado de la iniciativa de Reforma Eléctrica y la batalla por la electricidad en la capital; tan lejos de ellos como las brillantes estrellas en el firmamento de sus recónditas localidades en penumbras.

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