Los sistemas de captación de agua de lluvia pueden ayudar a disminuir el consumo de agua potable y provocar menos presión a mantos acuíferos
Infografía: Rodrigo Anguiano
El agua es uno de los recursos más importantes que tenemos en el mundo y es pieza clave en acciones como el desarrollo económico, la producción de energía, de alimentos y en los ecosistemas. Sin embargo, su presencia se ve cada vez más amenazada por fenómenos como el Cambio Climático, que puede traducirse en estrés hídrico.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) alrededor de 2 mil 200 millones de personas en el mundo carecen de acceso a servicios de agua. Además, 297 mil niños menores de cinco años mueren cada año debido a enfermedades causadas por malas condiciones sanitarias o falta de agua potable.
Asimismo, la Agencia de la ONU para los Refugiados apunta que entre las causas de escasez de agua está la contaminación; la sequía; y el uso desmedido del agua. De hecho, el mismo organismo detalla que el 80% de las aguas residuales retornan al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas.
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El World Resource Institute estima que al menos 3.5 mil millones de personas podrían experimentar escasez de agua para 2025, mientras que se proyecta una demanda de este recurso en un 30% para 2050.
Captación de agua de lluvia, la solución ante sequías
Ante este panorama tan complejo, cada vez más soluciones comienzan a convertirse en una solución para afrontar el tema. Tal es el caso de los sistemas de captación de agua de lluvia, los cuales permiten interceptar, recolectar y almacenar el agua de lluvia. Además, estos pueden adaptarse ya sea en zonas rurales o urbanas.
Al respecto, Manuel Salas, director general de CIPRO, explica en entrevista con Energía Hoy que México tiene una gran oportunidad de impulsar el uso de estos sistemas; pues el agua que viene de la lluvia suele irse al drenaje para posteriormente combinarse con las aguas negras.
“Nosotros creemos que un conjunto de acciones necesarias en las ciudades para el mejor aprovechamiento del agua es que esa agua de lluvia se capte; sobretodo de azoteas y grandes superficies industriales, departamentos y desarrollos habitacionales nuevos que se vayan haciendo”.
En ese sentido, Salas explicó que el agua captada se puede almacenar en depósitos especiales y utilizarse en acciones que no requieran agua potable; como los baños o lavado de ropa en las casas y las industrias pueden usarla en diversos procesos industriales.
El director general de CIPRO señaló que el rol de estos sistemas frente a problemáticas como el estrés hídrico es que uno, no se contamina el agua de lluvia al ser descargada hacia un drenaje y este tiene menos presiones en el manejo de aguas residuales; y dos, se disminuye el consumo de agua potable, lo cual se traduce en menos presión a los mantos acuíferos, ríos o lagunas donde se capta el agua.
Sin embargo, para que los sistemas de captación de agua de lluvia tengan un mayor impulso y cobertura, Salas consideró que es necesario incluirlos dentro de los reglamentos de desarrollo urbano de las ciudades e incluir a las empresas. “Probablemente tenga que venir de regulaciones estatales que plantee y que sea mandatorio u obligatorio utilizar estos sistemas”, apuntó.
“Tenemos un gran potencial sobre todo en los lugares donde llueve mucho como la Ciudad de México y de ahí hacia al sur. El potencial es enorme y se puede implementar de una manera muy sencilla; no son grandes inversiones e insisto tendría que ser para todo lo que viene en adelante. En la industria podría ser un poco más obligatorio; incluso para las industrias ya establecidas que tengan que invertir y tomar parte de este proceso de un mejor uso de las aguas”, finalizó.