El Green New Deal de Joe Biden propone una reconformación de la economía estadounidense, a partir de su descarbonización mediante la acción de las renovables
Durante el periodo de recuperación de la gran depresión que azotó al mundo, el entonces presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, emprendió una serie de políticas socio-económicas y planes de obra pública en su nación. Este compendio de reformas estructurales de 1932 se conoció como New Deal. Casi 90 años después, el término resurge, con una nueva acepción: Green New Deal, o el nuevo acuerdo verde.
Esta propuesta que ahora encabeza el demócrata Joe Biden (presidente electo de EU), vincula la visión de Roosvelt con los conceptos contemporáneos de sustentabilidad y eficiencia energética; en pro de atender con urgencia al Cambio Climático, y de paso, solventar los problemas de desigualdad social y financiera que aquejan a millones de personas.
La propuesta del Green New Deal es la de garantizar una economía estadounidense libre de carbono, de energía limpia al 100%; y con emisiones netas cero para el año 2050.
Esto mediante la adecuación de las industrias y de los sectores económicos a los nuevos modelos de consumo; con el fin de evitar la posible pérdida de un gran número de fuentes de trabajo que pudiera suscitarse al apostarlo todo a las energías renovables.
El caudillo de las energías verdes
Antes que Biden, el candidato presidencial en 2016, Bernie Sanders, propuso en su momento un proyecto para descarbonizar a la economía estadounidense. En marzo de 2019, la representante Alexandria Ocasio-Cortez y el senador Ed Markey promovieron en el Congreso de Estados Unidos sus propuestas para dicho fin.
Sin embargo, Joe Biden a lo largo de su carrera política siempre ha procurado abordar el tema del Cambio Climático y de las soluciones que pueden ofrecer las energías renovables. Su proyecto de nación para la siguiente administración pondrá en práctica en torno a la sustentabilidad.
El plan verde de Biden considera una inversión sin precedentes para las energías limpias, de 5 billones de dólares. 1.7 billones de dólares serían destinados para la investigación de nuevas tecnologías verdes; junto a 3.3 billones de inversión en el sector privado. En este sentido, se tendrá una nueva agencia para la inversión y exportación de energía limpia.
Para 2030, se proyecta el aumento en más del doble de la capacidad actual de generación eléctrica a partir de centrales eólico-marinas. Esta premisa comienza a vislumbrarse para el futuro cercano, pues se pronostica que en 2023 la generación eólica y solar habrán superado al gas natural en EU. La creación de empleos verdes aportará en gran medida a un nuevo desarrollo económico y social.
Otro punto fundamental de la política de Biden es la de descarbonizar la agricultura y al sector alimenticio, con recursos de procedencia gubernamental y privada; apostando a los biocombustibles y a la infraestructura rural electrificada.
También se contemplan nuevas regulaciones imperativas para empresas y organizaciones; las cuales tendrán que disminuir en gran medida los gases de efecto invernadero que se generen en sus procesos operacionales. En este punto, también se pretende la eliminación de subsidios para las petroleras y para toda empresa del ramo de los combustibles fósiles.
La preservación del entorno natural va de la mano con la política de Joe Biden; en donde se presentarán legislaciones para proteger cabalmente al menos el 30% de las tierras y aguas de EU.
Nuevos negocios
Empresas como la española Iberdrola, están apostando en continuar sus inversiones a los Estados Unidos y en el mundo (10 mil millones de euros en inversiones durante 2020); con la promesa de encontrar políticas favorables en los próximos años para el desarrollo del sector de renovables.
Así también los fabricantes de vehículos eléctricos tendrán una gran oportunidad para colocar su oferta en el mercado americano; puesto que la movilidad libre de carbono fortalecerá las restricciones y regulaciones para los autos de combustión interna.
El Green New Deal ha tenido buena aceptación en el ámbito internacional, al grado de ser adoptado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente; y por el Centro Europeo de Energía, quienes ya comienzan a formular sus propias políticas y a trazar sus metas en contra del Cambio Climático.
¿Repercusiones en México?
No obstante, no todos los gobiernos están viendo con buenos ojos el Green New Deal en Estados Unidos. En el caso de México, su economía está petrolizada, por lo que se depende en gran medida de la industria de los hidrocarburos.
La política de Donald Trump concordaba con la apuesta del gobierno de López Obrador, en cuanto a la preponderancia de los combustibles fósiles. Ahora, con el nuevo proyecto de Biden, uno que tiene eco en el mundo, las acciones ejercidas por México en materia energética podrían generar mayores cuestionamientos por parte de la opinión internacional. Más aún, con el reciente acuerdo del T-MEC entre México, Canadá y EU.
Hoy se vive en el sector energético nacional una controversia política y financiera entre el gobierno mexicano y la Iniciativa Privada (IP); en donde la presente administración busca colocar a su empresas de energía, Pemex y CFE, por encima de la competencia del mercado. La entrada de nuevos actores de renovables se ha pausado, y el gran potencial eólico y solar en México no ve más allá de este sexenio.
La nueva política de Biden, que dista drásticamente de la impuesta por Trump, podría fungir como el impulso que necesita México para retomar la inversión en la energía renovable. Si bien no es del todo posible abandonar el petróleo, un mix energético sí puede ser factible en función de generar empleos y bienestar a la población mexicana.
*Fotografía de Agence France-Presse (AFP)