Ciudad de México (Pedro Mentado / Energía Hoy).- El plan de rescate de Pemex que llevará la producción de petróleo de los 1.800 a los 2.400 millones de barriles diarios al cierre de 2024, corre el riesgo de descarrilar y hacer que México empiece a importar crudo con la entrada en operación de la Refinería Dos Bocas.
Gonzalo Monroy, director general de GMEC, comenta que la estrategia se basa en cuatro líneas: manejo de la declinación en campos existentes; los 20 campos prioritarios; la exploración de bajo riesgo y rápida producción, y el incremento en los campos maduros.
En el marco de Energy Mexico 2020, el especialista dijo que, sin embargo, a pesar de la narrativa oficial de que se ha estabilizado la producción petrolera, en realidad cayó 7.4 en 2019 con respecto al año anterior, lo que significó una pérdida de 350,000 barriles diarios.
Y en el sentido de que “los privados no producen, la realidad es que el mayor número de contratos están en la etapa de exploración, pero incluso varios de ellos han adelantado su producción, y para muestra están Eni, Panamerican y otras empresas”. La producción de los privados suma 50,000 barriles diarios.
La situación estaría peor, dice el experto en petróleo, si no se tuvieran esos contratos de la Ronda 1.2, que se espera que este 2020 sea un año importante en aguas profundas, viene la campaña de exploración del Sell, Statoil y BP, es posible sea un año de buenas noticias de descubrimientos privados.
Sin embargo, los 20 campos prioritarios donde descasa toda la estrategia de Pemex, solamente cuatro han empezado producción, y para este año se planea que solamente tres más van a entrar en producción. Los resultados están a la vista, la producción en 2019 se quedó corta en 100,000 barriles diarios, explicó.
“En el 2019, de los 37 pozos exploratorios programados, solo se perforaron 21, lejos de la meta, y de los 20 descubrimientos solamente se tuvieron seis, de los cuales: Ichilan, Tlamatini, Tema, son un solo proyecto, que es una sola asignación”.
La tasa restitución de reservas difícilmente va a alcanzar ese 35%.
“La actual estrategia de exploración ha dejado de lado considerables recursos prospectivos que tiene este país, los recursos prospectivos y convencionales que se tienen ascienden a 113,000 millones de barriles de crudo equivalente, principalmente en dos regiones: aguas profundas y Tampico-Misantla, que son recursos no convencionales. “Estos 113,00 millones de barriles, a una tasa de 10% se volviera reserva probada -10,000 millones de barriles-, eso es 1.5 veces las reservas probadas que tiene México hoy”.
La cuestión es qué si México explotará razonablemente en aguas profundas y no convencionales -con el fracking-, el país duplica sus reservas de petróleo, pero sino continuarán a la baja.
Gonzalo Monroy plantea tres escenarios para el pronóstico de producción 2020-2030 en un rango de 2,072 y 1.060 millones de barriles diarios.
Para alcanzar la máxima producción se necesita que el Presidente Andrés Manuel López Obrador abra las rondas de licitación, abre el fracking, permite las asociaciones con Pemex (farmouts) y se hacen los 20 campos prioritarios. En el escenario medio, es el escenario en el que nos movemos hoy, el 2019 es una aproximación del 2020 y 2021, hay un ligero incremento, apoyado por los 103 contratos que tiene firmados la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) con Pemex y otras empresas, con cierto riesgo, pero se podría alcanzar los 1.612 millones de barriles diarios.
En el escenario bajo, hay un elemento clave, que son precios de 40 dólares el crudo, una pérdida de la calificación crediticia -no hay confianza-, con ello, de los 20 campos maduros que se desarrollan solamente avanzan 8, que son los campos más rentables de mayor tamaño.
En ese sentido, a finales del 2030, a finales de la siguiente administración estaríamos por el millón de barriles, que contrasta con el 1.5 millones de barriles que necesitaría el sistema de refinación, si se tuviera la Refinaría Dos bocas y las otras seis refinerías, lo que se traduce en un déficit de poco más de 400,000 barriles.
En el peor de los escenarios, el próximo presidente o presidenta va estar en un escenario de estar importando petróleo crudo para abastecer las refinerías; en el escenario medio México sería un exportador de 150,00 barriles, finalizó el especialista.
Estrategia del rescate de Pemex: riesgo de convertir a México en importador de crudo
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