A inicios del primer semestre de la nueva administración de Andrés Manuel López Obrador, se generó incertidumbre en diferentes sectores respecto a las nuevas políticas y presupuestos que se implementarían. Tal fue el caso con los beneficiados de los Fondos Sectoriales que ofrece el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en conjunto con la Secretaría de Energía (Sener).
Fondos que promueven la investigación, el desarrollo tecnológico y la formación de capital humano en materia energética.
Con un nuevo régimen, cambian funcionarios en todas sus dependencias, en el Conacyt la titular María Elena Álvarez-Buylla Roces no marcó un rumbo claro al inicio de su gestión, lo cual provocó preocupaciones y señalamientos de quienes gozaban de algún privilegio a través de un programa o alguna beca por parte de la institución.
Al Conacyt también se le aplicó la política de austeridad, más un recorte general del 6% para el Programa Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación; una disminución del 12 por ciento de sus empleados; además de un recorte en el presupuesto de tres mil millones pesos respecto a 2018.
La situación dio lugar a críticas más fuertes y frecuentes de investigadores y miembros de la comunidad científica del país, se puso énfasis en el desconocimiento del funcionamiento de programas recortados o sin un plan claro para sustituir las funciones que éstos mantenían en el organismo.
Después de meses de incertidumbre. la titular del Conacyt aseguró que se “hará más con menos”, se articulará, cuidará y fiscalizarán los recursos para que se usen de manera eficaz y eficiente en beneficio al desarrollo nacional. Además, los 24 mil 700 millones de pesos aprobados, se manejarían con mayor claridad y mediante una revisión de gastos.
La política que se delineó en ciencia y tecnología al inicio de esta nueva administración, determinó replantear los fondos sectoriales, así como la entrega de apoyos a la investigación, ya que se encontraron con muchas irregularidades.
En una primera revisión en el Conacyt, Álvarez-Buylla Roces, señaló que muchos servicios, incluyendo la emisión de convocatorias para becas y otros apoyos, o el área de comunicación social y científica se contratarían por medio de outsourcing.
La mala noticia, es que al detectar 1500 investigadores que están ‘colgados’ de la nómina para cátedras del Conacyt, anunció que no habrá nuevas plazas en este programa.
Y aunque afirmara que no se quitarán las becas o fondos ya otorgados, prevalecen las dudas e incertidumbre, lo cual es preocupante ya que entre 2015 y 2017 cerca de 866 mil mexicanos emigraron del país, entre ellos, científicos, técnicos y personal altamente calificado, según datos emitidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Sin duda la implementación de estas políticas públicas en el Conacyt, el recorte presupuestal en programas que tienen como objetivo impulsar la educación, pueden tener fuertes repercusiones futuras al país.