Una pieza fundamental de la Reforma Energética Eléctrica lo constituye el Código de Red. Cuando quede plenamente implementado tendremos un Sistema Eléctrico Nacional más robusto, confiable y equitativo.
Hace un año escribí que el Código de Red (CR) cumpliría su primer onomástico y que, a pesar de su importancia, no contaría con muchos asistentes. La casa de su progenitor, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), quedaba muy holgada para el número de asistentes y así fue: una celebración poco acudida y mucho menos comentada.
Ahora ya llega a su segundo año, el 8 de abril, y tomará su “mayoría de edad” en el 2019 cuando en la misma fecha será plenamente obligatorio. Este año, sin duda, la asistencia será más copiosa. Además de la compañía obligada del Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), quien es el comandado por la CRE de la operación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), estará sin duda la Comisión Federal de Electricidad (CFE) quien es responsable de la operación de los sistemas de transmisión y distribución. Entre los nuevos participantes tendremos, con certeza, una buena participación de los Centros de Carga, que son en realidad los clientes conectados al SEN y que lo constituyen la inmensa mayoría de los que consumen energía eléctrica en México. Algunos sistemas aislados existen pero su cantidad es magra. También estarán presentes las diversas Asociaciones y Cámaras del sector. Pero los que quizá más reflectores reciban serán las Unidades de Inspección que están iniciando su actuación y ya contamos con una decena de ellas.
¿En qué consiste el CR? Es un documento de unas 200 páginas de extensión que instruye a los participantes del mercado cómo pueden, y deben, de integrarse al Sistema Eléctrico Nacional (SEN). Por parte de la generación, la transmisión y la distribución el cómo operar el SEN para garantizar la continuidad y calidad del suministro. Un documento denso que contempla la complejidad de operar un conjunto de esta magnitud. Por supuesto antes de la RE esto se llevaba a cabo, por el CENACE que formaba parte de la CFE, pero ahora la CRE vigilará que se cumpla. Sirva como ejemplo el que se contemplan cargos a quien resulte responsable de la falta de servicio, después de ciertos parámetros que irán disminuyendo en el tiempo, hasta de 2.61 dólares por KWH no suministrado. Esto es unas 40 veces el precio de venta lo que da idea de la magnitud de la penalidad que se aplicará. Si alguno de los participantes intenta manipular el mercado, por ejemplo un generador simulando falta de confiabilidad y no entregando energía al SEN, puede ser penalizado hasta por le 10 % de sus ingresos anuales. Si esto suena improbable recordemos lo que aconteció en California. Sin embargo pienso que la parte que más impactará lo constituye el final del documento, menos de 10 páginas, en ellas se describe lo que los Centros de Carga cargas tendrán que cumplir. Hasta ahora los clientes han instalado equipos sin importarles el efecto que tengan en el SEN y, por ende, a sus vecinos eléctricos. Empresas que producen flicker (parpadeos), sobrecompensación en horas sin carga y demanda de reactivos cuando se encuentran trabajando, inyección armónicos, caídas de tensión por arranque abrupto o inadecuado de cargas y muchos otros tipos de disturbios.
Ahora ya no será fácil el usar la excusa de que: “es problema de CFE” porque se tendrá medición y control. Esto ayudará a mejorar la productividad porque antes se consideraba tirar el dinero para prevenir problemas ante un monopolio estatal y que ganarle no era fácil. Dicho sea que, en general, un 50 % de los problemas son internos y la otra mitad si imputables a CFE.
Las empresas tendrán que invertir cantidades considerables de dinero para llevar sus instalaciones al nivel que requiere el CR. No es tan sólo los fondos necesarios sino el no caer en manos de empresas que sienten que todo pueden hacer y que su experiencia se centra en un área. Sin haber jamás tenido una visión global de un sistema eléctrico industrial buscan “apoyos” que por su desconocimiento todos los prospectos les parecen aceptables. Aunemos que como se ha perdido ya dos terceras partes del plazo, recordemos que el CR se publicó en el 2016, la premura por implementar será un mal consejero.
El CR abre una gran oportunidad para los ingenieros mexicanos -quienes tendrán que llevar a cabo los estudios- así como para los fabricante de equipo eléctrico.
Debemos de cuidar, muy de cerca, al CR quien enfrentará dos enemigos. Los primeros a enfrentar los desarrolladores, generalmente de energías de renovables, quienes argumentan que no es necesario y “en otros países no lo exigen”. Y mienten para mejorar su margen o no entienden que las topologías de los sistemas eléctricos son diferentes en cada país. Lo otros quienes dudan si se aplicará a todos o ellos harán un gasto que sus competidores obviarán. Ante esto la autoridad, léase la CRE, tiene que ser expedita y contundente contra los que no lo lleven a cabo pero, por otro lado, el que algunos no paguen impuesto no nos exime de hacerlo.
De nuevo festejemos, y apoyemos, el segundo cumpleaños del CR. Ya falta menos para su llegada a la edad adulta.
¡Feliz cumpleaños Código de Red! Ya llegaste a tu segundo aniversario
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