Santiago Barcón y Héctor de la Cruz
Ciudad de México (Energía Hoy).- La respuesta de la sociedad mexicana ante el coronavirus ha sido ejemplar. El permanecer en casa lo más posible se ha llevado con rigurosidad y cuidado. Las escuelas deteniendo actividades, las empresas implementado programas de trabajo remoto (home office), las instalaciones deportivas cerrando sus puertas, varios restaurantes seguido los mismo pasos y miles de ejemplos más. Para una gran parte de nosotros, la mayor complejidad durante el aislamiento ha sido, hasta ahora, cómo entretener a los niños, cómo trabajar a distancia, qué medidas de higiene observar para sacar a pasear al perro o ya bien ir al supermercado.
Sin embargo, un gran número de personas comienza a sufrir los estragos de mantenerse en casa. Voceadores, lustradores de calzado, taxistas, jardineros, servicios de reparto, vendedores ambulantes, cerillos en los supermercados y una lista casi interminable, sin contemplar aquellos que viven en las calles. Tampoco olvidemos a los que tienen una retribución muy baja donde las propinas son el ingreso real: meseros, botones, mucamas, mensajeros, empleados en estacionamientos y tantos más.
No sabemos aún cuánto durará la pandemia, pero una enorme parte de la población vive al día. Se puede aguantar 3 días, quizá 5 días, pero no más de una semana sin empezar a tener penurias considerables.
¿Qué podemos hacer? Las empresas a sacar la casta: demostrar que nuestra función va más allá de lo económico y que tenemos un valor social fundamental. Pero la sociedad civil puede, y debe, hacer mucho más. Sin duda hay un océano de posibilidades, tenemos la certeza que cada uno pensará en diversas, pero aquí damos algunas ideas:
- Energía Hoy propone hacer una cadena de empleo. Contratar a tres personas con salario mínimo por cuatros meses.
- Ayudemos a mantener el equilibrio económico de los pequeños negocios cercanos a nuestras casas: ordenemos comida para llevar de restaurantes cercanos, pidamos que sea entregada por un mesero y démosle propina como si visitáramos el restaurante.
- Paguemos por adelantado servicios. Por ejemplo, a jardineros, peluqueros, servicios de entrada por salida, lavado de autos y tantos más que usamos con regularidad
- Cuando compremos el súper, pidamos algunos alimentos y productos extra para donarlos a quienes lo requieren
- Apoyemos económicamente a instituciones que atienden a los más necesitados
- Compremos en los negocios más pequeños, respetando los precios y sin regatear
- Evitemos comprar a quien abuse de la situación para hacer su agosto.
- Continuemos pagando la nómina aún para los que estén obligados a permanecer en casa
- Fomentar el uso de productos nacionales
- Apoyar a los profesionistas independientes mediante redes o plataformas donde puedan ofrecer sus servicios
- Buscar como apoyar a las personas de tercera edad
Las posibilidades son tan amplias como queramos dedicarle tiempo a pensar -ahora que tenemos amplia disponibilidad- y buscar medios y formas de apoyar.
Quedarse en casa es el primer paso. Igual de importante es apoyar a los que no pueden quedarse en casa por su situación económica precaria. De todos nosotros depende conservar el equilibrio social y económico en todos los niveles. Empezar por nuestra comunidad es un gran paso.
Por ello los invitamos a sumarse. Cada uno sabrá que puede hacer. Cada uno desde su trinchera. Cada uno de acuerdo con sus medios. Escuchemos nuestra conciencia.
#YoAPOYOalosqueNOpuedenquedarseencasa