Pemex podría reducir su deuda a 78 mil millones de dólares hacia 2027, siempre que no contraiga nuevos compromisos financieros, advirtió Roxana Muñoz, vicepresidenta senior de Crédito y Finanzas Corporativas en Moody’s Ratings. La calificadora considera que el plan estratégico 2025-2030 abre una ventana de oportunidad, aunque la sostenibilidad depende de disciplina en el gasto.
Durante el seminario anual Moody’s Inside, Muñoz explicó que uno de los puntos positivos ha sido el refinanciamiento de pasivos, que permitirá a la petrolera ahorrar alrededor de mil 500 millones de dólares anuales en pago de intereses. “Es un avance que da oxígeno a las finanzas de la empresa”, señaló.
La especialista precisó que la reducción de deuda también es resultado de apoyos multianuales del Gobierno de México por más de 50 mil millones de dólares. Entre ellos, 12 mil millones de dólares en notas pre-caps, 13.3 mil millones a través de Banobras, 12.2 mil millones por recompra de bonos y una línea presupuestaria de 14 mil millones para el próximo año.
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Pensiones y confianza de inversionistas son los principales retos de Pemex para afrontar su deuda
Uno de los retos financieros más importantes para Pemex son las pensiones, que representan un gasto cercano a 4 mil millones de dólares anuales. De acuerdo con Muñoz, este rubro sigue pesando en la calificación “stand alone” de la empresa, que se mantiene en nivel CA pese a la reciente mejora crediticia.
La analista subrayó que recuperar la confianza de inversionistas y proveedores será clave para consolidar la estabilidad de Pemex. La firma de contratos mixtos podría ser una señal en ese sentido, aunque sus efectos se verían reflejados en un plazo de tres a cinco años.
En materia operativa, Moody’s señaló la baja eficiencia del sistema de refinación como otro factor que limita el desempeño financiero. Muñoz indicó que, si Pemex decidiera cerrar dos refinerías, podría ahorrar hasta 2 mil millones de dólares anuales, aunque reconoció que esta medida no se alinea con la política de soberanía energética del gobierno.
Respecto a la nueva refinería de Dos Bocas, la agencia consideró necesario que la planta opere entre 80% y 90% de su capacidad para contribuir de forma significativa a la rentabilidad. “Todavía falta infraestructura para alcanzar esos niveles”, comentó.
El pasado 8 de septiembre, Moody’s elevó la calificación corporativa de Pemex de B3 a B1 con perspectiva estable. Aunque el ajuste refleja cierto respaldo financiero, la petrolera aún se encuentra a tres escalones de recuperar el grado de inversión.
Moody’s concluyó que la reducción de la deuda de Pemex es viable, pero dependerá de que la empresa mantenga disciplina, mejore su eficiencia operativa y recupere la confianza del sector privado. “El reto está en transformar apoyos coyunturales en una estrategia de sostenibilidad de largo plazo”, puntualizó Muñoz.