La Secretaría de Desarrollo Energético de Tamaulipas aseguró que México tiene en su subsuelo un potencial capaz de transformar el panorama petrolero. Se trata de los yacimientos shale, que en conjunto podrían añadir hasta 700 mil barriles diarios a la producción nacional, de acuerdo con estimaciones técnicas presentadas en la entidad.
Este volumen adicional permitiría alcanzar la meta federal de 1.8 millones de barriles diarios, frente a los 1.67 millones que actualmente se registran. Sin embargo, para lograrlo sería necesario movilizar inversiones cercanas a 308 mil millones de dólares, lo que representa un desafío de financiamiento y planeación sin precedentes.
El secretario de Desarrollo Energético de Tamaulipas, Walter Julián Ángel Jiménez, explicó que la oportunidad está clara, pero subrayó la necesidad de construir consensos políticos y empresariales para activar este potencial. “No se trata de polémicas, sino de convertir la discusión en decisiones que generen beneficios tangibles para el país”, afirmó durante la presentación del Congreso Internacional de Energía.
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¿Por qué Tamaulipas tiene potencial en recursos shale?
El subsecretario de Hidrocarburos estatal, Gobirish Mireles, detalló que casi la mitad del potencial no convencional del país está en Tamaulipas, principalmente en las cuencas de Burgos y Tampico Misantla. Estas formaciones geológicas son una extensión natural de las que, en Estados Unidos, dieron origen a uno de los mayores booms energéticos de la última década.
La diferencia tecnológica también juega un papel clave. A diferencia de la fractura hidráulica practicada hace dos décadas, hoy se cuenta con equipos de cuarta generación, técnicas menos invasivas y esquemas de reutilización de agua que reducen los impactos ambientales. Incluso se plantea incorporar plantas de desalinización para apoyar los procesos de inyección.
Mientras Pemex opera alrededor de 40 equipos de perforación terrestre, expertos señalan que para un desarrollo intensivo se requerirían al menos 150, cifra que aún está lejos de alcanzarse. El antecedente estadounidense, con más de mil 500 equipos en su momento de mayor producción, muestra la magnitud del reto.
México importa hasta 70% de su consumo de gas natural, proveniente en su mayoría de yacimientos de baja permeabilidad en Estados Unidos. Para los especialistas, continuar con esta dependencia sin explotar los recursos locales es insostenible en el largo plazo.