Petróleos Mexicanos (Pemex) dio un paso significativo hacia la reactivación de la producción nacional al firmar los primeros 11 contratos mixtos con el sector privado. Este es un nuevo esquema permitido por la reforma energética aprobada en octubre de 2024 y armonizada en marzo de 2025.
De acuerdo con el Primer Informe de Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, estos acuerdos forman parte de una etapa inicial. Además, representan la implementación tangible de los cambios legales que permiten la colaboración con capital privado, sin comprometer la propiedad estatal de los hidrocarburos.
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¿Cuáles son las metas de producción de Pemex?
Con los primeros contratos mixtos, Pemex espera captar alrededor de 8,000 millones de dólares en inversión de socios nacionales y extranjeros. A corto plazo, la meta es agregar unos 70,000 barriles diarios de petróleo y 610 millones de pies cúbicos de gas, mientras que hacia 2033 el objetivo es sumar hasta 450,000 barriles diarios adicionales.
Además, los contratos permitirán la reactivación de 400 pozos cerrados, lo que implicará un aumento de 13,000 barriles diarios en la producción. Con ello, Pemex proyecta elevar la extracción nacional a 1.8 millones de barriles diarios, frente a los actuales 1.6 millones.
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Soberanía energética sigue siendo prioridad
Un componente central de este esquema es el uso de tecnologías desarrolladas y patentadas en México, que permiten controlar la movilidad del gas en los yacimientos y mejorar la eficiencia de la extracción. Según el gobierno, estas innovaciones refuerzan la soberanía energética y posicionan al país como un referente en técnicas avanzadas de recuperación mejorada de crudo.
La firma estatal también avanza en la formalización de un segundo paquete de contratos mixtos, cuyo cierre se prevé antes de que termine el año. Estos se concentrarán en campos maduros y en proyectos de recuperación secundaria.
El viraje estratégico ocurre en un escenario de alta presión financiera para Pemex, que carga con una deuda de casi 100,000 millones de dólares, además de pasivos con contratistas y proveedores por otros 22,000 millones.
Los contratos mixtos buscan compartir riesgos financieros y operativos con privados, permitiendo a la empresa elevar su producción sin ampliar el gasto público directo.