“Sinceramente me parece una irresponsabilidad enfocarse primordialmente en la generación eléctrica e imaginar ilusamente que ya con eso lograremos la transición energética”
Marisol Oropeza
Estratega de marketing y negocios en matters.mx y fundadora de los Heat Changers
Recientemente participé en un panel de discusión de la REN21, una comunidad global de actores del ámbito científico, del sector gobierno, organizaciones sin fines de lucro e industria, en el marco del Berlin Energy Transition Dialogue (BETD), una conferencia que reunió a ministros y delegados de alto nivel de más de 75 países con representantes del sector empresarial, la comunidad científica y la sociedad civil.
Celebramos el vigésimo aniversario de la REN21 y el décimo del BETD. La misión de ambos foros es fungir como catalizadores de la transición energética. El enfoque consistió en discutir estrategias para lograr triplicar la capacidad instalada de energías renovables a nivel global. Dado que la definición de estrategias requiere de un análisis de la situación actual, te cuento brevemente dónde estamos en el tema del suministro de energía.
Para mantener el espíritu festivo, vamos a pensar en el suministro final de energía a nivel mundial como un gran pastel y lo vamos a dividir en tres pedazos y cada una de etas tres porciones contienen un poco de relleno renovable. La idea es que, año con año cada pedazo tenga un poco más de este relleno que nos permitirá comer tanto pastel como queramos, sin que muramos en el intento (por aquello del cambio climático).
Cuando el pastel sea 100% renovable, habremos logrado la transición energética de manera integral. Me remito a los datos publicados en el más reciente informe de la REN21: Renewables 2023 Global Status Report.
El pedazo más codiciado es el suministro de energía eléctrica y, por lo tanto, cuenta con la mayor proporción de generación de energía renovable: 30% generado por parques fotovoltaicos y eólicos, por ejemplo; sin embargo, su tamaño apenas representa un 23% del pastel. Le sigue el suministro de combustibles (obviamente para el transporte) que representa el 29% del consumo final de energía. En este caso el relleno renovable apenas llega a un 3.9% proveniente de biocombustibles.
Paradójicamente, el tercer y mayor pedazo del pastel recibe la menor atención mediática pese a representar el 49% del suministro final de energía: la térmica (calor o frío). Antes de pasar al relleno, seguramente te preguntas ¿qué debo entender por térmica?
Te explico: consiste en la energía que satisface la necesidad de calentar agua para consumo doméstico (pensemos en la ducha caliente, el agua del grifo o la de la lavadora), para la climatización de espacios (calefacción y/o aire acondicionado al interior de inmuebles), para la fabricación de productos (procesos industriales) y prestación de ciertos servicios (calentamiento de agua para albercas, hoteles, hospitales, restaurantes, etc.); así como para cubrir necesidades de refrigeración.
La participación de las energías renovables como la solar térmica, la bioenergía moderna o la geotermia en el pedazo más grande del pastel es de 9.9%. Triste pero cierto.
De ahí que, en esta columna nos vamos a enfocar a la Transición energética con T de Térmica. En calor renovable, Europa lidera el mercado del biocalor moderno, con una participación del 24% (2020), seguido de Estados Unidos con el 13%.
Otra tecnología que genera calor renovable es la solar térmica, misma que representó el 73% del calentamiento solar de agua en el país más grande del mundo: China. Le siguieron Turquía, Estados Unidos, Alemania y Brasil. En China también crece el mercado de geotermia con mayor rapidez, mientras que, en Turquía, Islandia y Japón, si bien mucho más pequeños, son mercados clave.
La definición de objetivos a nivel nacional es indispensable para el avance de las renovables en cualquier sector. Según los datos del mismo informe, se constata la tendencia a implementar la transición energética con E de electricidad. 174 países cuentan con algún tipo de objetivo enfocado en la generación eléctrica renovable, 49 cuentan con objetivos relacionados con el suministro de biocombustibles e hidrógeno; y 46 países tienen objetivos de suministro de calor renovable.
Sinceramente me parece una irresponsabilidad enfocarse primordialmente en la generación eléctrica e imaginar ilusamente que ya con eso lograremos la transición energética. Otro gran punto que cuestiono abiertamente es el de la electrificación de todo el pastel.
Se necesita literal mucho tiempo, dinero y esfuerzo para, por lo menos, imaginar una infraestructura de red robusta, una regulación adecuada, personal capacitado que diseñe, instale y dé mantenimiento correctamente, baterías de todos tamaños, hidrógeno verde rentable, etc., de tal manera que crezca la participación de la fotovoltaica y eólica en la matriz energética.
No quiero ni imaginar los problemas que habrá año con año con más vehículos eléctricos, bombas de calor y aires acondicionados durante las intensas olas de calor o los duros inviernos, donde en gran parte del mundo se necesita de calefacción. Estamos perdiendo tiempo valioso y teniendo un alto costo de oportunidad. Por ello, me alegra mucho coincidir con personas expertas en calor renovable en eventos donde la transición energética se enfoca, a pesar de todo, en la E de eléctrica.
Aprovechar cada foro para hablar de los resultados alcanzados por una industria que descarboniza el suministro de calor al tiempo de generar empleos verdes; con tecnología cuya cadena de suministro es local o regional y que disminuye hasta en 80% el consumo de combustibles fósiles en viviendas, empresas y negocios, es parte de la misión de personas que trabajan en el sector solar térmico.
Al respecto, demos un aplauso a Mónica Escalante, de quien hablé en la edición anterior y quien compartió el escenario principal en Berlín al lado de personalidades como la Dra. Michelle Bachelet, expresidenta de Chile. En su participación habló de la transición energética en Panamá que sí se enfoca a los tres pedazos del pastel.
Las tecnologías que suministran calor y frío renovable están ready e incluso disponibles en países como México, con tecnología ‘Hecha en México’. Te invito a repasar mis columnas anteriores para que conozcas por lo menos la solar térmica y a algunas de las personas que forman parte de la iniciativa global de Heat Changers, porque no soy la única que trabaja en esto de Sol a Sol.
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