El objetivo es alcanzar las cero emisiones netas de carbono en 2050. De aquí a esa fecha, las necesidades mundiales de electricidad, que irán en aumento, se cubrirán principalmente con energías renovables, siendo la solar la mayor fuente de suministro. Con el 60% de los mejores recursos solares del mundo, África cuenta el mayor potencial del mundo. Pero hasta ahora sólo cuenta con el 1% de la capacidad fotovoltaica instalada
La Organización de las Naciones Unidas sostuvo que las inversiones en energías renovables deben triplicarse de aquí a 2050 para situar al mundo en una trayectoria de cero emisiones netas en 2050, según las cifras citadas en el informe multiinstitucional de la Organización Meteorológica Mundial (OMM)
En 2019-2020, la mayoría de las inversiones en energías renovables se realizaron en la región de Asia Oriental y el Pacífico (principalmente China y Japón), seguida de Europa Occidental, y América del Norte.
Los flujos financieros públicos internacionales destinados a los países en desarrollo en apoyo de la energía limpia y el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 7 disminuyeron en 2019 por segundo año consecutivo, cayendo a 10.900 millones de dólares.
Este nivel de apoyo fue un 23% inferior a los 14.200 millones de dólares proporcionados en 2018, un 25% inferior a la media de 2010-2019, y menos de la mitad del pico de 24.700 millones de dólares de 2017.
El continente africano, un foco por atender
África podría ser un actor importante en el ámbito de las energías renovables, como se ha comentado antes. Por otro lado, el continente ya se enfrenta a los graves efectos del cambio climático, incluidas las sequías masivas, a pesar de ser la menos responsable del problema.
El descenso de los costes de las tecnologías limpias es una nueva promesa para el futuro de África, que tiene una gran oportunidad de ayudar a cerrar la brecha de la necesidad de energía renovable.
Alcanzar los objetivos energéticos y climáticos de África significa duplicar con creces la inversión en energía en esta década, con un enorme aumento de la adaptación. Sólo el 2% de las inversiones en energías limpias de las dos últimas décadas se realizaron en África.
Lograr el acceso a la energía moderna para todos los africanos requiere una inversión de 25.000 millones de dólares anuales, lo que supone alrededor del 1% de la inversión energética mundial actual.
Según el Banco Mundial, las políticas y regulaciones necesarias para permitir la descarbonización del sector energético siguen siendo especialmente débiles en África, América del Sur y Asia. Y el reconocimiento de la necesidad de servicios de apoyo a las energías renovables es particularmente bajo en las Contribuciones Nacionales Determinadas a nivel nacional.