Dados los bajos índices de aprobación pública del presidente Biden, es probable que se produzca un impasse. El resultado de la elección del Senado decidirá si un Congreso dividido o si los Republicanos se llevan la mayoría
David Kohl, economista en jefe, Julius Baer
En las elecciones intermedias de EE.UU. están en juego los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 escaños del Senado de EE.UU.
Los índices de aprobación juegan un papel importante en la elección de representantes y los del presidente Joe Biden cayeron de aprobación general a desaprobación en solo seis meses después de que asumió el cargo en enero de 2021, lo que avizora un cambio de poder en el Congreso.
Aventajaría partido Republicano
Según las últimas encuestas, el Partido Republicano está a punto de recuperar el control de la Cámara de Representantes y la escasa mayoría de los demócratas en el Senado está al borde del precipicio.
Por lo tanto, las elecciones para el Senado decidirán si solo surgirá un Congreso dividido o si los Republicanos se llevan la mayoría. La atención está en las contiendas de Arizona, Georgia y Nevada, donde los demócratas están en riesgo perder escaños y Pensilvania, donde la moneda está en el aire.
En nuestra opinión, el impacto directo sobre la economía es limitado. El estancamiento político esperado en los EE.UU., con la administración del presidente demócrata enfrentándose a un Congreso dividido o republicano, hace que los programas de estímulo a gran escala sean poco probables en el futuro.
Es probable que la política económica de la administración del presidente Biden se centre mucho más en la regulación que en las medidas fiscales el próximo año, ya que el financiamiento de estas últimas requeriría la aprobación del Congreso, dice David Kohl, economista en jefe del banco privado Julius Baer.
Con esto se reducen los riesgos de un aumento en los rendimientos de los bonos del gobierno de EE.UU., ya que es menos probable que ocurran sorpresas desagradables con respecto a la deuda pública de ese país. Sin embargo, el margen para estabilizar el crecimiento económico disminuiría si los efectos del rápido endurecimiento de la política monetaria este año pesaran sobre la economía más de lo que creen actualmente los responsables políticos.
