Escrito por: Opinión

Impacto en México de la guerra entre Arabia Saudita y Rusia por el petróleo


Samantha Garnica
Especialista en derecho energético
Al aumentar la producción diaria por cualquiera de los países, se generará una sobreoferta del producto, que consecuentemente provocará en el mercado descuentos masivos de los precios del barril de petróleo a nivel mundial, precios que no se habían visto hace 30 años desde la Guerra del Golfo y que explican por qué en las últimas semanas el precio de la mezcla mexicana de petróleo se ha desplomado por debajo de los 20 dólares por barril.
La creciente falta de interés por emplear energías fósiles y la crisis desatada por el COVID-19, han creado que mundialmente se busquen maneras de contención de esparcimiento de este virus, reduciendo el desplazamiento de millones de personas. Esto ha tenido un impacto inmediato y considerable en varios sectores como el de transporte, causando la baja demanda que se ha registrado por los combustibles en el mes de marzo. Aunado a esto, el desacuerdo que existe entre Arabia Saudita y Rusia acerca de los niveles de producción de petróleo, ha generado una caída de los mercados financieros, registrando pérdidas históricas que causaron que los mercados bursátiles detuvieran operaciones por algunos minutos en varios días, algo que no se había presentado desde la crisis financiera de 2008 en Estados Unidos.
Ante este panorama y en aras de devolver al mercado un poco de certidumbre, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP, u OPEC por sus siglas en inglés) ha solicitado inmediatamente una disminución de la producción de petróleo. Al respecto, la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) pronostica que el nivel de demanda en el corto plazo podría registrar una disminución de entre 3 y 4 millones de barriles de petróleo al día. Cabe destacar, que la reciente incorporación de producto estadounidense al mercado europeo y chino, ha generado que la solicitud de la OPEP sea rechazada por algunos países como Rusia, por posibles repercusiones en su posición de mercado global, por lo que reducir los niveles de producción no parece la opción más sencilla.  Sin embargo, será en abril, cuando se sabrá la resolución, ya que, a partir de esta fecha, ningún país (miembro o no miembro de la OPEP) está obligado a reducir su nivel de producción de petróleo.
¿Cómo impactan estos acontecimientos a México?
Al aumentar la producción diaria por cualquiera de los países, se generará una sobreoferta del producto, que consecuentemente provocará en el mercado descuentos masivos de los precios del barril de petróleo a nivel mundial, precios que no se habían visto hace 30 años desde la Guerra del Golfo y que explican por qué en las últimas semanas el precio de la mezcla mexicana de petróleo se ha desplomado por debajo de los 20 dólares por barril. Este tipo de comportamientos y repercusiones en el mercado de petróleo se plantearon en Petróleos Mexicanos (PEMEX) hace algún tiempo, donde se optó por adquirir opciones financieras que aseguraran la reducción de impacto económico ante eventos de esta magnitud. En 2019, según información de la plataforma Reuters, PEMEX contrató una cobertura petrolera para 2020 por la cantidad de $1,362 millones de dólares en caso de desplome del precio del crudo.
Es importante considerar que de acuerdo con las coberturas, toda vez que el ingreso petrolero representa aproximadamente un cuarto de los ingresos gubernamentales (el caso de México), el precio que se cubra por barril de petróleo debe ser consistente con las proyecciones de sus ingresos. Por lo que, en un escenario donde este tipo de fluctuaciones en el mercado se sigan manteniendo por desacuerdos en niveles de producción mundial, México deberá encontrar una manera de cubrir el déficit de los precios de producción petrolera por barril que no están contemplados en las coberturas (alrededor de 70% según analistas financieros) y evaluar el costo que las nuevas coberturas tendrán para el próximo año en caso de querer renovarlas, tomando en cuenta que los costos por adquirirlas, podrían ser los más altos registrados en México y que las condiciones impuestas en estos nuevos contratos puedan repercutir en las necesidades financieras del país.
Finalmente, a pesar de que el gobierno mexicano mostró interés en aumentar la producción de PEMEX a niveles de 1.7 millones de barriles diarios en los meses de enero y febrero del presente año, con las condiciones actuales, la empresa representada por Octavio Romero Oropeza deberá evaluar no sólo los niveles de producción nacionales, si no también evaluar el contexto global, donde México se sitúa como uno de los países latinoamericanos más expuestos a la crisis del petróleo. Esto, ya que el precio de equilibrio del 80% de su producción se encuentra por arriba de los $35 dólares por barril de acuerdo con Wood Mackenzie. De continuar con los niveles que se tienen actualmente, PEMEX estaría perdiendo por cada barril que siguiera produciendo, disminuyendo aún más los ingresos de la paraestatal que actualmente se encuentra en plan de rescate por parte del gobierno, además de repercusiones en la deuda soberana por recortes de calificación crediticia por agencias calificadoras.
Estos momentos son cruciales para que México tome decisiones que mitiguen las consecuencias económicas que están por venir, incluyendo aquellas derivadas de las afectaciones a las finanzas públicas por el ambiente adverso que se está viviendo en la industria petrolera a nivel mundial.
Especialista en derecho energético, con experiencia en el sector público y privado. Funge como Directora de Relaciones de Women´s Energy Network.
Cuenta con una maestría en Derecho del Petróleo y Gas por la Universidad de Aberdeen, Escocia y una maestría en Derecho de los Negocios por la Universidad Anáhuac. Se encuentra certificada como perito en criminalística práctica.

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