Escrito por: Opinión

Generación distribuida y financiamiento


El potencial nacional de financiamiento del mercado de generación distribuida es mayor a 13 mil millones de dólares (8,636MW) de los cuales, mil millones de dólares corresponden a personas físicas del sector residencial de Tarifa DAC (528.15MW) y el resto corresponde a personas morales del sector comercial e industrial
Las condiciones que hoy tiene México para el desarrollo de la energía renovable son muy favorables. Su marco legal, regulatorio, y de política pública derivado de la Reforma Energética emprendida recientemente propicia que este mercado crezca de manera acelerada. Destaca dentro de este entorno normativo la Ley de Transición Energética (LTE) misma que crea una plataforma importante para aumentar la participación de las energías renovables en la matriz energética de México. Con ello, las nuevas tecnologías de energía renovable como es la energía solar tienen un gran potencial de crecimiento en nuestro país.
Alineado a lo anterior y en consecuencia a los beneficios que otorga, surge un gran interés por el desarrollo del concepto de “Generación Distribuida”, que no es otra cosa más que la generación de energía eléctrica de manera descentralizada, en donde el punto de generación se encuentra cercano al punto de consumo. Usualmente son pequeñas fuentes de generación que en el ámbito de la normativa mexicana deben ser menores de 500 kW de potencia instalada.
Un detonador de este crecimiento es la capacidad de las instituciones financieras para brindar una oferta de productos y servicios financieros alineada a esta oportunidad. Aunque la banca nacional ha tenido algunas experiencias favorables en este tipo de financiamiento, es indispensable crear mecanismos y capacidades que incrementen su apetito por una expansión del crédito a la tecnología fotovoltaica, especialmente la que está referida a la generación distribuida (< 0.5 MW) y para proyectos de mediana escala (0.5 a 10 MW).
Algunos bancos en México han desarrollado una conciencia hacia la sustentabilidad y las iniciativas relacionadas hacia una economía baja en carbono. No obstante que se observa que los bancos han evolucionado en su conciencia verde el sector financiero aún no presenta un grado de madurez en sus capacidades institucionales que le permita habilitar fácilmente la incorporación a su portafolio de negocio productos verdes como podría ser la tecnología fotovoltaica.
Con interés por el desarrollo y fomento del financiamiento de la generación distribuida, la Asociación de Bancos de México (ABM), en conjunto con Iniciativa Climática México (ICM) elaboraron un reporte denominado “MERCADO DE ENERGÍA FOTOVOLTAICA DE BAJA ESCALA”  que fue publicado en el 2017. Algunos datos relevantes de este reporte son que la demanda potencial actual para generación distribuida es de 4.6 millones de usuarios no subsidiados: 431,112 pertenecen al sector residencial (Tarifa Doméstico de Alto Consumo – DAC) y el resto a usuarios pertenecen a los sectores comercial e industrial. El potencial nacional de financiamiento del mercado de generación distribuida es mayor a 13 mil millones de dólares (8,636MW) de los cuales, mil millones de dólares corresponden a personas físicas del sector residencial de Tarifa DAC (528.15MW) y el resto corresponde a personas morales del sector comercial e industrial[1].
Las iniciativas de generación fotovoltaica se han centrado en el ámbito residencial (DAC) y en el financiamiento de grandes parques fotovoltaicos dejando una gran brecha de atención en las empresas pequeñas y medianas (PyMES) y corporativos. El mercado emergente de tecnología solar fotovoltaica distribuida abre nuevas oportunidades para los bancos comerciales en términos de nuevos productos de financiamiento. Sin embargo, aunque las condiciones marco para la energía sostenible han mejorado en los últimos años, el acceso al financiamiento en este rubro sigue siendo un desafío para las PyMEs , tanto por la oferta de crédito que actualmente es limitada e incipiente como por un contexto regulatorio nuevo que aún no es comprendido por todas las partes.
La banca de desarrollo juega un papel predominante como convocante de los principales actores, así como gestor del riesgo de los proyectos por medio de esquemas financieros como por ejemplo el Proyecto “Financiamiento para el Acceso de Tecnologías de Energía Renovables de Generación Eléctrica Distribuida (FATERGED)”, el cual es operado financieramente por Nacional Financiera (NAFIN) bajo el nombre de CSOLAR. Este esquema brinda tasas atractivas, instrumentos de mitigación de riesgo, periodos de financiamiento alineados a este tipo de proyectos, una red de proveedores de tecnología y vinculación con bancos interesados en el modelo de generación distribuida.
También es importante reconocer el papel de otras instituciones internacionales como promotores de la energía renovable en nuestro país. Tal es el caso de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ). Durante más de 10 años, los gobiernos de Alemania y México han colaborado en el campo de la energía renovable a través de instrumentos de cooperación financiera y técnica. En 2015, el Gobierno Alemán encargó a la GIZ la implementación del programa “Energía solar a gran escala en México” (DKTI Solar), en el marco de la Iniciativa alemana sobre tecnologías de protección climática (DKTI) para mejorar las condiciones tecnológicas y financieras para la aplicación de la energía solar a gran escala en México.
Dentro de este contexto y como parte de su mandato para fomentar el desarrollo de la tecnología fotovoltaica en el país, GIZ está patrocinando el desarrollo de iniciativas para mejorar las capacidades de las instituciones financieras mexicanas para desarrollar y financiar instrumentos financieros especializados para sistemas fotovoltaicos solares en pequeñas y medianas instalaciones. Uno de estos proyectos está orientado a mejorar las capacidades de las instituciones financieras mexicanas para desarrollar instrumentos financieros especializados para sistemas fotovoltaicos solares para pequeñas y medianas industrias y empresas. El desarrollo de capacidades en las instituciones financieras tiene como objetivo ayudar a los bancos comerciales y las instituciones financieras en general a desarrollar productos financieros específicos de la energía solar.
El desarrollo del mercado desde el lado de la oferta tecnológica  juega un papel predominante ya que la existencia de proveedores confiables permite establecer casos de éxito y una plataforma de confianza que estimulará que más consumidores tengan la iniciativa de invertir en sistemas fotovoltaicos.
Conforme se consoliden proyectos verdes exitosos como en este caso es el financiamiento fotovoltaico, la banca incursionará en modelos de negocio verdes más sofisticados fortaleciendo su papel de banca verde y apoyando a las empresas en su economía y contribuyendo a la mitigación de gases de efecto invernadero.
Ing. Adalberto Padilla
El Ing. Padilla actualmente consultor en Finanzas Climáticas, eficiencia energética y estructuración de proyectos sustentables.
apadilla.energia@gmail.com
[1] ABM, ICM (2017). Mercado de energía fotovoltaica de baja escala. Asociación de Bancos de México. 2017

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