Escrito por: Opinión

ESG – Un término con el cual debemos de familiarizarnos


Existen algunas hipótesis que indican que una empresa pública que adquiere principios de sustentabilidad tiene un mejor desempeño en el precio de su acción con respecto a las que no han asumido este compromiso. En lo referente a la gestión de la energía, Woodroof y Thumann, en su libro “Energy Project Financing” (2008) concluyen que después de 150 días del anuncio de iniciativas en este sentido existe una correlación de un incremento del precio de la acción del 21.33%.

No es un simple romanticismo que las organizaciones quieran adoptar buenas prácticas para ser amigables. Existe una disciplina y mística en estas empresas que las hace mejor que las demás. Son empresas empáticas a las necesidades de su entorno que en un nivel mercadológico alinean intereses con sus clientes pero también adaptan sus procesos para ser más eficientes y abiertos con sus empleados, socios y proveedores.

ESG son las siglas en inglés de Environmental, Social and Governance haciendo referencia a los tres pilares que sostienen una práctica sustentable en las organizaciones: (E) Medio ambiente; (S) Social y (G) Gobernanza. Si bien algunos indicios de esta práctica empiezan desde la posguerra, este concepto toma fuerza en el inicio del nuevo milenio. La percepción o premisa de que lo ético estaba peleado con lo rentable se fue esfumando. Por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas, hacia el año 2005 se crean los Principios de Inversión Responsable que impulsan la adopción de las prácticas de ESG en corporaciones.

Fuente: https://www.commoninterestsfinancial.com

Entrando en materia de cada uno de los criterios, el pilar medio-ambiental involucra evaluar cómo la organización utiliza recursos para lograr su fin y cómo sus productos conviven e impactan al medio ambiente. En los últimos años se ha visto una gran conciencia de la sociedad en la preservación del planeta y especialmente se ha manifestado una urgencia por disminuir el cambio climático. En ese sentido las empresas con principios ESG buscan reducir niveles de contaminación, sobre-explotación o emisiones de carbono al ambiente. Economía circular, gestión del agua, agricultura sostenible, gestión de residuos, son algunas prácticas a las que recurren estas organizaciones.

El pilar social reconoce el papel que juega la empresa con la sociedad en términos de respeto a sus clientes, menores de edad, minorías, entorno social próximo y extendido. Reconoce que la empresa genera un impacto negativo que busca minimizar o evitar y fomenta las prácticas sociales que construyan una mejor sociedad y que por el contrario, impacten positivamente.

El pilar de gobierno se refiere a las prácticas que sigue la organización en términos de prácticas corporativas, relación con empleados y compensaciones, relación con inversionistas, transparencia, entre otras más.

En este contexto, en las últimas décadas se ha gestado el concepto de “inversión socialmente responsable” en donde las corporaciones o inversionistas individuales buscan invertir su capital en entidades que lleven a cabos buenas prácticas de ESG, discriminando aquellas que son agresivas al medio ambiente o a la sociedad o que sostienen prácticas poco éticas hacia empleados, socios o clientes.

También en el ámbito financiero surge el término de gestión de riesgos sociales y ambientales en donde una empresa reconoce que puede generar un evento que dañe su entorno, mismo que debe gestionar para evitarlo o controlarlo. Asimismo esta empresa también reconoce que está expuesta a eventos adversos resultantes de externalidades más allá de su ámbito. El cambio climático es un claro efecto, en donde una empresa vinculada a los alimentos puede afectarse por manifestaciones atípicas de lluvias o sequías por ejemplo.

En materia de la actividad pública se inicia a percibir buenas prácticas de ESG. Simplemente en la contratación de obra pública, que en todos los países representa un porcentaje importante del PIB, los gobiernos están aplicando estos criterios. Equidad de género, impacto ambiental, derechos humanos, resiliencia, entre otras, son palabras que los desarrolladores de infraestructura y obra deben de familiarizarse en caso de pretender vender a gobiernos que ya asumen prácticas ESG. Desde la política pública, los gobiernos reflejan en sus planes nacionales de desarrollo elementos ambientales y sociales que permitan al país en todas sus dimensiones mueva estas prácticas respetando la máxima de dejar un mundo mejor a las generaciones por venir.

En conclusión, las empresas deben reconocer que están inmersas en un entorno complejo y dinámico en donde sus prácticas sociales y ambientales repercuten en el medio ambiente y en la sociedad. En sentido contrario, estas mismas empresas se verán afectada por su entorno social y ambiental. Se deben fomentar buenas prácticas ESG por un sentido ético desde luego, pero también reconociendo que a su vez redituará en un mejor desempeño financiero y de mercado. Las empresas con principios ESG serán empresas con un mayor grado de conciencia de su entorno que les permitirá responder mejor a los retos de esta nueva dinámica global de una sociedad que premia el medio ambiente y lo social al percibir las grandes amenazas reales después de haber abusado del planeta y la sociedad.

Ing. Adalberto Padilla

El Ing. Padilla es fundador de VIRENTI, firma de consultoría con vocación en las finanzas verdes y practicas corporativas sustentables.

apadilla@virenti.com.mx

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