Escrito por: Alternativas

Modelo energético de los Tulipanes, una oportunidad para México


Ciudad de México (Jorge Zarco / Energía Hoy).- Las grandes adversidades también construyen grandes naciones. Los desastres climatológicos y tener casi una tercera parte de su territorio bajo el nivel del mar han hecho de Los Países Bajos, un país fuerte y quizá por ello, quien mejor ha dominado la inmensa energía del mar a través de los diquets-robots más grandes y sofisticados diseñados para tal efecto.
Su tecnología para contener la furia del elemento hídrico no sólo protege el territorio que enmarca el delta formado por los ríos: Rin, Mosa y Escalda, también tras desastres hídricos en Bangladés, zonas de la costa atlántica de Estados Unidos y varios países insulares, la innovación holandesa ha beneficiado a estas naciones creando mejores condiciones para su convivencia y el aprovechamiento económico de sus costas.
En esta materia, la colaboración entre Los Países Bajos y México aun está por explorarse siendo la región de Chiapas y Tabasco, la más propicia por vulnerable frente a las temporadas de lluvias; los cauces de los ríos Grijalva y Usumacinta inundan zonas rurales y urbanas con altos costos humanos, materiales y económicos. Las sinergias en esta materia en infraestructura pueden ser inmensa.
La abundancia del gas natural es otra fortaleza de la que es considerada la sexta economía de la Unión Europa.

Una de las infraestructuras más complejas para la producción y transporte del hidrocarburo la tiene ese país, pues hasta el momento es su principal insumo energético que mueve a su economía y contribuye al impulso de otras en la región. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, en este 2018, la producción de gas natural llegaría a 66,487 mcm al año; sin embargo, la cifra pudiera rebasar ese límite.

Bajo la nueva legislación mexicana en términos de hidrocarburos y muy en particular en gas natural, la colaboración puede ser vasta y la inversión del país europeo significativa; no sólo a través del icono empresarial que representa la firma Shell, la cual su presencia en México abarca varías décadas, sino para un número importante de sus pequeñas y medianas empresas con una experiencia considerable dentro y fuera de su país.
Su producto interno bruto per capital, convierte a su población en una de las más afortunadas del mundo; no obstante, su riqueza y el bienestar material conquistado, Los Países Bajos invierten de forma considerable para cambiar la ecuación en la producción de energía, su consumo, su eficiencia y todo lo que ello significa para su país y para contrarrestar los estragos del cambio climático, siendo esa región del planeta una de las que más padecen sus consecuencias.
Su gran apuesta en esta materia es la generación de energía a través de sus parques eólicos costa fuera, pues hay que considerar que su territorio abarca una extensión de 41,528 kilómetros cuadrados, tan sólo dos mil kilómetros más que la extensión de Yucatán, México. Su batalla constante en ganar batallas al mar se ha diversificado en más de un sentido.

En los años recientes, la producción de turbinas eólicas ha llegado a dos dígitos, colocándose junto a Dinamarca y España, como uno de los países con crecimientos espectaculares en la generación de energía impulsada por el viento.

En lo concerniente a la generación de energía a partir del factor fotovoltaico, el reto para Los Países Bajos es grande, pero ya ha iniciado su conquista.  El país se ha convertido en uno de los mayores y más dinámicos mercados de energía solar en los dos años recientes; no obstante, que sus dimensiones aún son menores que lo producido por sus países vecinos.
La región con mayor dinamismo para esta generación de energía solar es Holanda Septentrional, donde opera el Fondo de Participación para la Economía Sostenible, entidad que se perfila como una de las grandes impulsoras de esta energía con miras a trasladar sus apoyos más allá de sus dominios geográficos.
Hoy la canasta energética de Los Países Bajos se diversifica y se fortalece de manera acelerada: el objetivo más importante según lo ha proclamado el Estado europeo es reducir para el año 2050, a cero las emisiones de gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono (CO2)) y mientras tanto, para el corto plazo planea que el 16% de toda la energía utilizada sea sostenible para 2023.
La energía de los tulipanes se fortalece.

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